Poco tiene que ver su aspecto o las personas a las que haya querido. Se ha convertido en una persona respetada y respetable casi al mismo nivel que su padre, porque ha hecho precisamente todo lo contrario a su hermano en un país que no es un desecho de virtudes. Ha estudiado muchísimo, en varios campos, ha ejercido como profesora, tiene como hobby traducir obras del mandarín al tailandés y disfruta conversando sobre temas distintos, da igual que sean humanidades, ciencias o tecnología. Domina casi todo. No hay más que ver su cara el otro día atendiendo a las explicaciones de los responsables del nuevo hospital o hace décadas, con su libretita concentrada tomando notas sobre las explicaciones de la Reina Fabiola y los comisarios responsables de una exposición del Rey Balduino en Bruselas. Siempre ha sido así, no le han importado los oropeles, ni el aspecto, solo el contenido y parece genuina. Según dicen, era el orgullo de su padre e incluso los detractores de la monarquía y del régimen tailandés, hablan bien de ella.
Probablemente sea de los pocos miembros de la FR queridos y admirados (no por imposición) por el pueblo y por los mandatarios de los países vecinos. Los demás tendrán que trabajarse duro su posición, y observando cómo está el país, mal pinta la cosa.