En la época medieval, el Rey Eduardo III se inspiró tanto en las historias del Rey Arturo y en los Caballeros de la Mesa Redonda, que creó su propio grupo de caballeros honorables, integrando la conocida como Orden de la Jarretera. Casi 700 años después, es la orden de caballería más antigua y más importante de Gran Bretaña. Los caballeros, ahora tanto hombres como mujeres, solían estar limitados a la aristocracia, pero hoy en día son elegidos entre una variedad de orígenes, en reconocimiento a su servicio público.
El santo patrón de la orden es San Jorge (patrón de los soldados y también de Inglaterra) y si hay vacantes en la orden, los nombramientos se anuncian el día de San Jorge (23 de abril). El hogar espiritual de la orden es la capilla de San Jorge en Windsor. Se requiere que cada caballero disponga de un pendón con sus armas dentro de la capilla, junto con un casco, una cresta, una espada y una placa esmaltada.
Estos honores desaparecen tras la muerte del caballero y las insignias concedidas se devuelven al Soberano. Las placas se mantienen como un memorial, formando actualmente una de las mejores colecciones de heráldica del mundo.
Hoy en día, la orden incluye a la Reina, que es la Soberana de la orden, varios miembros de alto rango de la Familia Real y veinticuatro caballeros elegidos en reconocimiento a su trabajo. Los Caballeros de la Jarretera son elegidos personalmente por el Soberano para honrar a aquellos que han ocupado cargos públicos, que han contribuido de una manera particular a la vida nacional o que han servido al Soberano personalmente.