Comunicado publicado por el Mariscal de la Corte donde dice que se pondrán manos a la obra:
Al final han sido muy respetuosos con María Teresa. Tremendamente respetuosos para lo que se comenta, en el pequeño Gran Ducado, que lleva haciendo desde hace 20 años. Y ahora sí, que ya conocemos el contenido del informe, no era necesario el comunicado de Henri ni mucho menos las formas. Él es el Jefe del Estado, él es el jefe de la Casa y de la Familia Real, y con su comunicado no estaba respondiendo solamente a ataques de la prensa, también lo hacía a la investigación llevada a cabo, en mi opinión, de forma extremadamente escrupulosa y respetuosa. El Gobierno también se ha mostrado tremendamente aséptico, haciendo lo que tenía que hacer tras recibir numerosas quejas y reportes negativos. Y Henri debería haber hecho lo mismo, más cuando sus actos están supeditados y refrendados por el Gobierno. Mal comienzo será siempre, para Henri y María Teresa, rebelarse contra las críticas constructivas.
Porque es lo que es todo esto, una crítica constructiva sobre el funcionamiento de la Casa Gran Ducal. No se está criticando el desempeño oficial de la Gran Duquesa, su valía, sus logros, su agenda, finalmente, su trabajo. Se está cuestionando su papel y actitud con los funcionarios y empleados de la Corte, y en esto sí, no sale bien parada. No habrá obrado del todo bien, pero el problema principal creo que es que se ha inmiscuido en asuntos que no le pertocaban o que no ha sabido manejar. Más allá de la elección de su doncella, peluquero, asistente de vestuario o cocinero, no debió meterse en absolutamente nada más. Si era un hacha organizando a los funcionarios de la Corte, no hubiese surgido problema alguno. Pero lo que ha demostrado es todo lo contrario. Así que, a otra cosa. No tendría que haber dado lugar, ni ella ni Henri, a que tuviera que venir alguien a tirarle de las orejas públicamente.
Lo que viene a recomendar el informe, con ese organigrama que han propuesto, es que se borre del mapa a María Teresa, que Henri tome las riendas de forma aparente y que un director, en su nombre, al mismo nivel que él, se encargue de decidir y dirigir todo lo demás, de arriba a abajo. Vamos, como sucede en todas la monarquías parlamentarias que conocemos.
Me ha sorprendido mucho que no haya un orden establecido, como tienen todas las Casa Reales de Europa. Hasta Zarzuela, que en muchas ocasiones tendrá que aguantar nuestras quejas, tiene todas las funciones y departamentos bien definidos, con su personal, su espacio, sus presupuestos... Todo está fiscalizado, todo está claro e incluso presente en la web para el que tenga interés en revisarlo. Es como una empresa y como tal debe funcionar. La famosa firma como se denominan los Windsor.
Así que María Teresa ya puede envainársela, dejar todas esas funciones que ella misma o su marido le atribuyó y enfocarse en lo que tiene que hacer, que básciamente es representar a su país, dentro y fuera. Algo que, en los últimos dos años, por las razones que sean, no ha hecho al mismo ritmo de antaño.