Letizia, una reina representativa.Letizia es el prototipo de una mujer de nuestro tiempo. Volcada en su profesión como periodista, abriéndose camino en TVE en horarios ingratos; independiente; divorciada cuando su matrimonio dejó de funcionar; con un pasado y una vida propia y carácter, mucho carácter. Carácter para entrar en una familia en que el cargo supuestamente comportaba un espacio de privilegio que daba derecho a su titular y entorno inmediato a una serie de momios "por ser vos quien sois" y desde el primer momento separarse resueltamente de una concepción anacrónica y consentida de la realeza. Una mujer en la que su marido supo advertir los valores y firmeza de principios con que la monarquía precisaba contar para dar ese giro hacia una institución renovada y libre de equívocas licencias: al servicio de los nuevos tiempos. Una institución en la que el papel de Jefe/a de Estado sin pasado de partido, ni sujeto a los vaivenes coyunturales de la política y con un amplio horizonte de permanencia aporte esas luces largas que da la experiencia al servicio de los sucesivos Presidentes de Gobierno. Y personificar en la continuidad generacional -núcleo de la monarquía- esa otra continuidad de pais que desde la valoración sosegada del pasado se proyecte sin rencillas hacia el futuro como nación valiosa y valorada en la Unión Europea.
Y a ese proyecto Letizia como Reina ha dedicado estos años creando un entorno familiar estanco a una concepción rancia de la monarquía y a ese proyecto ha sacrificado la libertad de elección de sus hijas y muy especialmente de su primogénita. Sacrificando es el término justo, porque sabe muy bien que el calvario que previsiblemente espera a esta chica solo acaba de empezar. Un calvario que la reina conoce muy bien, en la que la prensa y muchas mujeres periodistas que van de feministas solo han visto un perchero. "Duelo de Reinas" ,"Letizia repite vestido", ninguneando su trabajo y la preparación que su cargo y sus actividades conllevan. Porque esta Reina, esta mujer ha sido y continúa siendo por encima de todo una profesional que se ha impuesto desempeñar su cargo con la misma profesionalidad que tantas otras mujeres que en la empresa y otros ámbitos ocupan cargos de máxima responsabilidad. Y lo ha hecho sin deslumbrarse, sin sucumbir a tentaciones, dando preferencia en la educación de sus hijas a su entorno familiar, padres y abuelos. Los Ortiz, gente normal, gente corriente como Ud., y yo. Una reina fiel a sus raíces de clase media.
Hoy estamos inmersos en una tormenta perfecta con un gobierno de coalición débil e inestable, una crisis económica de calado, una pandemia que trastoca de raíz nuestras vidas y como guinda un rey emérito que ha desprestigiado un legado substancial con su campechana petulancia y frivolidad, dañando gravemente una institución clave para la estabilidad de este país tan dado a divisiones estériles. Y todo eso mientras ese cuarto poder fiscalizador: la prensa (por prudencia mal entendida) miraba hacia otro lado y cortesanos de nuevo cuño le reían las gracias. No hay democracia sin contrapoderes y transparencia efectivos y al emérito se le ha permitido volar dando bandazos como una cometa sin hilo que lo anclara a la tierra.
Aquellos que nos venden mundos de colorines; que estas cosas no pasan en una Republica falsean la historia. Algo que esta nueva casta de políticos con resabios de curillas y catecismo progre lo saben muy bien mientras progresan, ellos si, hacia residencias con piscina. No hace tanto los diamantes de Bokassa compraron nada menos que a un presidente de la Republica Francesa y desgraciadamente como ilustra la hemeroteca, no fue ni de lejos un caso único.
Tengo la sospecha de que solo el sentido del deber y un profundo sentido de responsabilidad hace que la pareja real aguante mecha. Felipe VI "el preparao" -como gustan apodarle los listillos de siempre - si en un futuro se saturara y decidiera a tirar la toalla, al siguiente día y por méritos propios le lloverían ofertas de trabajo tanto en organismos internacionales como en el mundo empresarial. Y para mas inri de algunos: ganando diez veces mas de lo que gana ahora y, lo que no tiene precio, una vida privada, familiar, con sus hijas libres para escoger su propio camino, a salvo del vitriolo de cierta prensa y redes sociales. Y solo entonces -y de bruces- veríamos quien ha salido perdiendo. Quien piense que esto de ser Rey hoy en España es una bicoca, no tiene ni idea. Asi que gracias, Doña Letizia, Don Felipe, Rey de España. Gracias por su dedicación, trabajo y sacrificio. Espero que sepamos reconocerlo y aprovecharlo. Por muchos años.
Ignacio Nart
Analista financiero CEFAhttps://www.eleconomista.es/opinion-blo ... ativa.html