Se trata de un palacete de origen aristocrático mandado construir en la primera mitad del siglo XVIII por el duque Alonso Fernández Manrique de Lara, a la sazón alcaide del Pardo y un personaje influyente en la corte de Felipe V. Fue, más que cortesano, amigo del monarca, y durante una cacería llegó a salvarle la vida...
Vista aérea del conjunto En el sitio conocido como Valrodrigo y a partir de 1717 el alcaide se hizo construir este pabellón tomando como
modelo el palacete de la Zarzuela, de planta cuadrangular, sobre basamento de piedra, con las cuatro fachadas de ladrillo articuladas en tres cuerpos, dos laterales en marcados por sillares y uno central ligeramente retranqueado, cada uno de los dos laterales acoge un vano, el central tres, todos ellos enmarcados en piedra. El edificio se distribuye en semisótano, planta principal y buhardilla, resuelta, como es usual aquí, con cubierta de pizarra.
La planta posee 920 m2, repartidos en 15 espacios principales y algunos más subsidiarios en el corazón del edificio. La sala más grande tiene unos 110 m2, y puede acoger a unas 50 personas. La decoración interior, a base de papel pintado francés, se remonta a los reinados de Fernando VII e Isabel II. El sótano y las buhardillas están destinadas para el servicio.
Planta
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"Buscad la Belleza, es la única protesta que
merece la pena en este asqueroso mundo"
(R. Trecet)