Me pinchan y no sangro, de verdad. Que están dejando a Daisy, Fede y Mary como unos brujos que ni Gargamel. No estoy pillando nada de esta trama, porque no me esperaba que la relación fuese tan, pero tan mala.
¡Caray, qué buenos actores! En España rasgándonos las vestiduras con nuestros Borbones y en UK con sus Windsor y resulta que los plácidos y perfectos Glücksburg tienen tal liada que ha partido a la familia literalmente en dos. Y sin necesidad de exilios, porque ya se habían producido.
Yo sigo sin entender las intenciones de unos y otros. Cada vez menos.
- Entiendo que Daisy y Fede quieran adelgazar la FR. Es algo natural, todas las monarquías lo están haciendo.
- Comprendo que el núcleo duro deba resguardarse de principitos que dedican sus vidas a ser lo que hoy en día se conoce como celebrities o influencers. Estoy totalmente a favor porque puede traer no pocos quebraderos de cabeza y meter a la realeza en un mundo frívolo de narices que no interesa.
- Puedo aceptar que la época en la que nacieron los muchachos no es la actual y que hay que adaptarse a los tiempos/crisis.
- Me chirría que Daisy haya tomado y anunciado esta decisión justo tras celebrar su jubileo. No me casan los tiempos ni la premura. Tampoco que Joaquín afirme que fue informado con cinco días de antelación.
- Me disgusta que salgan todos a hablar, porque es echarle más leña al fuego, alimentar a la bestia. Deberían dar gracias de que Dinamarca no sea UK o España.
Siendo consciente de que Joaquín ha cumplido con su papel a la perfección, al igual que las madres de sus hijos, y a pesar de los errores, nada menores, del pasado, debo intentar tirar hacia el bando de Daisy.
Estoy un poco saturada con los lloriqueos constantes de los segundones. Tal es el empacho producido por los Sussex que cualquier cosita que venga de otros, me pilla con la ceja arqueada. De ahí no baja. Y como una Reina es una Reina y se le obedece sin chistar, al menos en público, yo voy para allá.
Acepto que está feo esto de retirar títulos, salvo que sea una muestra de castigo por mala conducta. Acepto que, si los niños iban a ser despojados de sus títulos, hubiese sido mejor no concederles ninguno. Y acepto que haya unas cositas de falta de identidad, burocracia, etc por ahí que no termino de entender muy bien. Pero, leches, no han sido los primeros ni serán los últimos en dejar de ser príncipes o princesas. Tener 25 o 10 años tiene poca importancia, francamente, cuando el resultado va a ser el mismo. Al mal paso, darle prisa. A Nicolás, según el plan de su padre, le quedaban menos de dos años para dejar de ser Príncipe de Dinamarca... y se ha indignao porque el despojo se ha adelantado antes de lo previsto. Aunque me parte el alma eso de que los peques hayan sufrido mofas en el colegio. Eso no se lo inventan unos padres y la cara de Joaquín lo dice todo.
Se supone que a Joaquín le plantearon el temita. Todo parece indicar que no lo aceptó. Malo. La decisión de una Reina se acepta por las buenas o se acepta por las malas. Esto es así. Son peones al servicio del soberano, sin voz ni voto. Ser hijo y hermano de no tiene nada de romántico, pues se les educa para servir sin rechistar a su soberano. También para que entiendan que su papel es secundario. O trabajan para la Casa o salen de la Casa. Esa debería ser la norma imperante en todas las monarquías. Y si salen, ni títulos, ni privilegios o, al menos, no los mismos que los demás. Es crudo, puede ser cruel, pero estamos hablando de la familia en torno a la Jefatura de un país. Familia que debe servir a dicho país y no utilizar títulos y tratamientos para vivir una vida frivolona de más, dedicada al mundo influencer y a pecharse los privilegios de ser príncipes de. Los títulos con sus cargas, ante todo. Estoy espantada al ver como algunos de los nietos de la mayoría de Reyes del S. XX, con título o sin él, han caído en los mundos de Paris Hilton o lo que antes no salía de las escuetas fronteras de los Grimaldi. No vamos bien por ahí. Los cabritos, teniendo la oportunidad de pisar los mejores colegios y las mejores universidades del mundo, están cayendo en la vida fácil de lucir palmito yendo de sarao en sarao, escribir libros o hacer reportajes chorras, ennoviarse con chamanes o poner morros morcillones en instagram. Si todo eso tuviera el aura y el glamour de la época de las Princesas Faberge (Isabel, Olga y Marina) o de la mismísima Grace, pues sería fantasioso, pero no es así, ¿eh? No está siendo así. Por muy guapos y educados que me parezcan Nicolás y Félix.
Solo puedo decir que me entristece la brusquedad de la decisión tomada por Daisy, pero que la entiendo. Las cosas se debieron hacer de otro
modo, pero, para llegar a un acuerdo, alguien debe ceder y aquí parece que nadie ha cedido en nada. El posible acuerdo se ha convertido en una imposición pura y dura. A Joaquín le han pasado el rodillo real y quizás sea el que menos se lo merezca.
Yo también voy en tu línea.
Pero las formas han sido malas. No sé si Daisy se ha asustado al ver que ahora ella es la última reina, o si el nuevo contagio de coronavirus la ha alarmado, pero parece que le han entrado las prisas. Puede que fuera algo que se estaba discutiendo y ahora ha impuesto de golpe, dejando a la familia desconcertada. Es raro que lo comuniquen si hay cabos sueltos.
Yo empezaría por buscarse un apellido... como hicieron los Windsor. Monpezat, Henriksen, Lyksborg... O combinarlos con el título de conde.
A ver si esta polémica termina bien.