Que hagan el favor de ponerse los cinturones aunque vayan sentados en los asientos de detrás. Primera medida ante la "alta velocidad".
Si querían evitar ser perseguidos por la prensa, se han ido a vivir a un país cojonudo.
Así que, otra incongruencia más por su parte.
En los USA, cualquiera puede perseguirles con una cámara en la mano. A partir del momento en que salen de su casa, no existen límites. Da igual que sean actores o políticos. Les pueden retratar remojándose el pompis en la fuente de los jardines de la Casa Blanca. Es un derecho asistido por la famosa Primera Enmienda. Que se lo digan a la difunta Jackie Jennedy cuando era perseguida por Ron Galella por toda Nueva York. Inició un proceso ante los tribunales y solamente pudo rascar que Ron se alejara unos metros de ella. Nada ni nadie impidió que siguiera tomándole fotos.
Algunas de las cosas de las que hoy se quejan, no están permitidas en UK ni en Europa desde hace décadas. Pero claro, la prensa británica es mala, mala. Su seguridad en suelo británico está en peligro. El Sussexgate fue fruto de la persecución, de que no les dejaban vivir, etc. En USA, según ellos, todo era miel sobre hojuelas. Finding Freedom, decían... Un pan como unas hostias han hecho.
Los periodistas británicos no tardan en sacar pecho.