Alice de Lancey obra de Carolus-Duran. 1877. Petit-Palais de París.
Alice usa un vestido de gala de satén de seda blanco con un corpiño bordado en perlas que destaca contra el cojín de color rojo del fondo. El profundo escote y la falda que marca la silueta nos la revela como una de las más grandes cortesanas de la Belle Époque parisina. El toque de color de los tacones dorados, inusual en la época, es una muestra más de la audacia que esta dama demostró al mundo.
La joven Alice, llamada condesa de Lancey, nació en 1851 en Baltimore bajo el nombre de Julia Tahl. A su llegada a París asistió a todas las soirées con el grupo de chicas que eran apodadas "las horizontales"
. Su agitada vida social la llevó a ser amante del Barón Antoine Ezpeleta, amigo del pintor autor del retrato, pero el gran escándalo de su vida fue su relación con el banquero Nissim de Camondo. Gracias a la generosidad de su nuevo protector la joven pudo adquirir una propiedad en Louveciennes, cuya anterior dueña había sido Madame du Barry, que llenó de una exquisita colección de arte del siglo XVIII.
Charles (Carolus) Durand fue un reconocido pintor famoso por atraer con su talento como retratista a todas las fortunas de la época. Otra de sus obras, de 1876, es la Marquesa Anforti del Musée Cambrai.
Y la reina María Pia de Portugal en 1880
Consuelo Vanderbilt hacia 1890
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.