GRANDEZA DE ESPAÑALa Grandeza de España es la máxima dignidad de la nobleza española en la jerarquía nobiliaria, pues está situada inmediatamente después de la de infante, que está reservada a los hijos del rey de España y a los del príncipe de Asturias. Es otorgada por el rey y generalmente va unida a un título nobiliario, por lo que es hereditaria, aunque en ocasiones se concede de forma vitalicia a una persona en concreto, como los hijos de los infantes de España, que no heredan el tratamiento de sus progenitores.[1] Es también la más alta dignidad de su clase de toda Europa, pues sus privilegios fueron mayores que los de otras figuras similares europeas, como los pares de Francia o los peers del Reino Unido.[2]
Su origen se encuentra en las antiguas monarquías visigodas, aunque no es hasta el reinado de Carlos I de España en el siglo XVI cuando comienza a regularse y establecerse como la conocemos en la actualidad
Grandeza de 1520 Hasta el siglo XVI, a los poseedores de títulos nobiliarios, conocidos comúnmente como grandes del reino, los monarcas les permitieron cubrirse ante ellos, costumbre que no cambió Felipe el Hermoso a pesar de pertenecer a una corte de rígido protocolo;[8] sin embargo, el origen de la grandeza de España tal y como la conocemos en la actualidad, tuvo lugar en el reinado de Carlos I, quien dio gran importancia para la ceremonia y la etiqueta palatina a este status social. Tradicionalmente se considera que le otorgó reconocimiento legal, hecho que no puede afirmarse con seguridad puesto que no existe ningún decreto del rey creando la Grandeza de España,[9] ni tampoco reglas escritas sobre su tratamiento.[1]
Se considera como año de la creación de esta grandeza el de 1520, en que fue coronado en Aquisgrán como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico,[10] y año de la Guerra de las Comunidades de Castilla contra su persona, defendida en gran medida por los que después se consideraron pertenecían a la grandeza de 1520, conocida comúnmente como de inmemorial;[9] Alonso Carrillo apunta que esta distinción hecha por el emperador fue la recompensa a la nobleza que estuvo a su lado durante la guerra.[11] Lo cierto es que cuando llegó a España con su corte flamenca, la nobleza castellana continuó ejerciendo su derecho tradicional de mostrarse cubiertos ante el rey, costumbre que fue considerada por los flamencos como soberbia, pues ellos sí se descubrían en su presencia. Tanto les molestó el hecho que le replicaron no les permitiese permanecer cubiertos en las ceremonias. El rey informó de ello a los castellanos, y les solicitó que se descubriesen, y que a su regreso a España él mismo los mandaría cubrir; en un primer momento no cumplió su promesa, pero al ver el peligro que corría por mermar privilegios a un sector político tan importante, finalmente accedió, convirtiéndolo en merced y otorgándolo sólo a unos pocos.[12]
Grabado que representa la coronación de Carlos V como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en la catedral de Aquisgrán (Alemania) en 1520.Por no existir documentación oficial sobre el nombramiento de los grandes de España en el supuesto año 1520, no existe acuerdo unánime a la hora de enumerar las casas, títulos o familias que integraron esta lista, aunque la propuesta de veinticinco que hizo Francisco Fernández de Bethencourt a principios del siglo XX es la más extendida y aceptada.[9] Dentro de este listado estarían integradas la Casa de Pacheco, representada por el marqués de Villena y duque de Escalona, Casa Téllez Girón con el conde de Ureña;[notas 1] la Casa de Aragón, con los ducados de Segorbe y Villahermosa; la Casa de Borja, con el duque de Gandía; la Casa de Folch de Cardona, con el ducado de Cardona; la Casa de Castro, con el conde de Lemos; la Casa de la Cerda, con el duque de Medinaceli; la Casa de Córdoba, con el marqués de Priego y el conde de Cabra; la Casa de la Cueva, con el duque de Alburquerque; la Casa de Enríquez, con el almirante de Castilla, conde de Melgar;[notas 2] la Casa de Guzmán, con el duque de Medina-Sidonia; la Casa de Lara, con el duque de Nájera y el marqués de Aguilar de Campoo; la Casa de Mendoza, con el duque del Infantado; la Casa de Navarra, con el condestable conde de Lerín; la Casa de Osorio, con el marqués de Astorga; la Casa de Pimentel, con el conde – duque de Benavente; la Casa de Ponce de León, con el duque de Arcos, la Casa de Sandoval, con el marqués de Denia;[notas 3] la Casa de Toledo, con el duque de Alba; la Casa de Velasco, con el condestable de Castilla, duque de Frías; y la Casa de Zúñiga, con el duque de Béjar y el conde de Miranda del Castañar.[13]
A pesar de que este reducido grupo es considerado la primera grandeza de España, no fue ni la primera, como ya hemos visto, ni tampoco de España, pues hasta el año 1812 los grandes lo fueron únicamente de Castilla, y no es hasta entonces cuando lo son de España.[14] Un ejemplo de ello es la relación que hizo el cronista Prudencio de Sandoval de los asistentes a las cortes de Castilla celebradas en Toledo el año 1538,[notas 4] a quienes titula grandes de Castilla, y atribuye esta dignidad a títulos[notas 5] que ni siquiera en la actualidad poseen grandeza de España, como es el caso del marquesado de Cuéllar, y además se la atribuye a personas sin título nobiliario.[9] En el siglo XVII, Alonso Carrillo en su obra también los denominó Grandes de Castilla.[11]
Estas grandezas de 1520 no fueron las únicas otorgadas por Carlos I durante su reinado, puesto que hasta la muerte del emperador, fueron cincuenta las personas que tuvieron este tratamiento, repartido entre treinta y tres españoles, catorce italianos, tres flamencos y un indiano.
Articulo extraido de la Wikipedia
http://es.wikipedia.org/wiki/Grandeza_de_Espa%C3%B1a