Durante el primer día, Camilla rescató un pequeño broche de diamantes y turquesas que no habíamos visto hasta entonces. Los corresponsales reales enseguida cuestionaron a palacio sobre él. Buckingham informó que se trataba de un broche regalo de la Reina Mary a su nieta Isabel con ocasión de su Confirmación en 1942.



Es de sobras conocida la afición de Queen Mary por las joyas. Tuvo varios aderezos completos, entre ellos, uno de turquesas regalo de sus padres que heredaron los Gloucester. De todos modos, Mary tenía multitud de pequeñas joyas que iba regalando a sus nietas en ocasiones especiales. Las de Lilibet parecen haber quedado a buen recaudo.


Esa misma noche, Camilla sorprendió con su elección de joyas. Volvió a recurrir a la tiara Boucheron de la Reina Madre, pero innovó con el collar fringe de su fallecida suegra, la Reina Isabel II.

Pablo Milstein nos cuenta la historia de esta tiara, varias veces reformada, que pasó a formar parte del joyero de los Windsor gracias a la señora Greville.

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Recordemos que la colección de joyas Greville contiene piezas que todavía no hemos visto. Las más conocidas son las que lució la Reina Madre, como esta tiara Boucheron, pero otras no llegaron a ver la luz.


La Reina Madre con la tiara Boucheron

Conocido como el collar de la Reina de la Ciudad de Londres, se trata de otra joya que tiene su origen en Lilibet. La Royal Collection lo expuso hace unos años, concretamente en 2007, con motivo de las Bodas de Diamante de la Reina y el Príncipe Felipe. Aportaron pocos datos sobre él.

Fue un regalo de bodas de la Ciudad de Londres, entregado en 1947. Se trata de un diseño clásico, una interpretación de los Kokóshnik rusos. De hecho, la City de Londres ya había regalado previamente otra joya de estilo similar; la tiara fringe de la Princesa Marina, Duquesa de Kent, en 1934. La Royal Collection data el collar en la primera mitad del siglo XIX y describe que está realizado con "diamantes, engastados en oro y plata, y ensartados en seda de color gris".


Royal Collection

Lilibet lució el collar en numerosas ocasiones. Algunas, haciendo juego con la tiara fringe de la Reina Alejandra y, más recientemente, junto a la fringe de la Reina Mary. Esta tiara, realizada a partir de un collar de diamantes regalo de la Reina Victoria, fue la escogida por Lilibet el día de su boda. La Princesa Ana y la Princesa Beatriz de York también la lucieron como tiara nupcial.


Isabel II, fotografiada como Reina de Nueva Zelanda, con collar fringe y la tiara de la Reina Mary

Para el segundo día de la visita, Camilla escogió un broche de su propiedad. Esta pieza, en realidad, forma parte de un conjunto de dos. Se trata de un trébol de oro y diamantes de la colección Cosmos de Van Cleef & Arpels. El segundo broche, también de diamantes, es de oro blanco.



El último día de la visita de Estado, la Reina optó por una joya histórica y llena de significado: el broche de zafiro del Príncipe Alberto.



Quizás sea una de las joyas más famosas de la interminable colección de broches que atesoran los Windsor. También es una de las más valiosas, pues fue lucida por la Reina Victoria el día de su boda. Este broche, con un gran zafiro rodeado de 12 brillantes, fue un obsequio del Príncipe Alberto a su futura esposa.



Algunas fuentes aseguran que existe correspondencia que detallaría la venta de una joya que encajaría exactamente con la descripción del broche de boda de la Reina Victoria. Dicha venta habría tenido lugar justo después del anuncio del compromiso entre Victoria y Alberto. La correspondencia se intercambió entre los Jitta, una familia de joyeros holandeses, y la Corte Ducal del padre de Alberto.



Que Camilla luciese este broche en Alemania es significativo. Como sabemos, Alberto nació en Coburgo, Baviera. A través de su descendencia, la dinastía Sajonia-Coburgo-Gotha reinó en Reino Unido hasta que Jorge V decidió anglicanizar su nombre y cambiarlo por el de Windsor.