Me iba a callar, que estoy más guapa, pero no puedo. No por las imágenes, porque él tiene todo el derecho de celebrar su cumpleaños como quiera y con los suyos, sino por la crónica de la señora Debray. Como se nota que ha ocupado la presidencia de la camarilla.
Basta de tomarnos por tontos. El Rey JC no vive en España porque no le da la real gana, porque sabe que esos dineros que tiene fuera peligran. ¿No viene más a menudo a España porque no quiere dormir en un hotel? ¿Ahora le importa su casa, su hogar? Le recuerdo que durante muchos años le importó un bledo respetar el hogar familiar. No lo añaró ni mucho menos, pues se fue a vivir con sus amantes a las casas que les puso. Allí tenía a Corinna y a sus hijos, donde él vivía y pasaba las fiestas con ellos.
Y por último, para no querer interferir en el reinado de su hijo, bien que lo están haciendo otros y otras con las que se relacionó a lo largo de SU reinado. Vedettes, actrices, periodistas y una plétora de aprovechados y sinvergüenzas que le tendieron trampa tras trampa. Pero él no parece ruborizado porque hayamos tenido que escuchar conversaciones privadas y a saber si no tenemos que ver algo más, porque no fue capaz de mantener la bragueta cerrada. Solo nos falta verle en la cama.
A la señora Debray le pediría que haga el favor de no querer apoyarse en un reinado que fue glorioso para luego obviar todo lo que hizo Juan Carlos de Borbón como padre, marido y ciudadano de España. Él no está en la situación que está por su reinado, sino por como se comportó en su vida privada. Si tanto nos gusta recordar una cosa, no olvidemos las otras. Que ya está bien el bochorno que algunos estamas pasando y las pocas explicaciones y disculpas que él ha ofrecido. No se le mueve un pelo ni una pestaña ante tanta basura, menos se me va a mover a mí si muere allí donde está porque a él le haya dado la gana.
Es como un crío. Cualquiera diría que le ha hecho pupa la concesión del Toisón de Oro a la Reina Sofía y que viene a reclamar su minutito de protagonismo.

A ella nunca la menciona, ni siquiera para darle su lugar y mostrar agradecimiento por aguantarle y seguir adelante por el bien de la Corona.
Garn parte de la culpa de que el Rey Juan Carlos sea como es y se haya comportado de una forma tan indigna para un Rey del siglo XXI la tiene rodearse de palmeros que lo alejan de la realidad, como esta señora.