Qué interesante tu aportación acerca de los Lagomarsinos peruanos, amigo andperu. Dicho esto, la verdad es que encuentro toda esta historia algo novelesca. Me cuesta creer que aquel príncipe inocentón de mente de niño y cuerpo de adulto andara jugueteando sexualmente con damas de la corte, corte del recto Carlos III y su asfixiante etiqueta.Y además siendo un chavalote de entre 12 y 17 años si fue antes de casarse con María Luisa de Parma, teniendo en cuenta que llegan a España en 1760 y se casa en 1765 con la prima parmesana. Lo de chavalote lo recalco porque hemos de tener en cuenta que los príncipes Carlos y María Luisa no llegan a tener a su primer hijo, el príncipe Carlos Clemente, hasta 1771, ¡¡seis años tras el enlace!! Con un tira de rumores alrededor del asunto poniendo muy en duda la capacidad procreadora del príncipe bonachón. ¿Nadie sabía nada en toda la corte acerca de la aventura de la hija del músico italiano con el príncipe? En una corte donde se acostumbraba a inventarse chascarrillos cuando no los había. No me cuadra... Y resulta que el aludido caballero de supuesta sangre real aparece en 1790, unos 30 años después, en Perú con un ¡¡Real Decreto!! en la mano firmado por el PROPIO REY. ¿¿Nadie se percató de nada en aquella corte llena de chascarrillos con Godoy de por medio?? Y, ¿qué fue de él en los 30 aprox en que supuestamente vivió en España? Para de buenas a primeras presentarse en las colonias como el hijo del rey pidiendo dinero y un puesto importante en la administración. No sé, demasiado oscuro en una época donde cualquier asunto real de índole privado era comentario de toda la corte, fuera mentira o verdad.
adnperu escribió:
El punto controversial y que seguramente te preocupa es el hecho descrito en el Libro "Bastardos y Borbones" de Jose Maria Zavala y editado por la Editorial Plaza y Janes, donde narra que encontro en el Archivo del Ministerio de Justicia de España, el expediente del sacerdote Juan de Almaraz,confesor de la reina Maria Luisa de Parma y que en un sobre titulado como reservadisimo, estaba descrito con todo detalle la confesion que le hiciera la reina antes de morir, 4 dias antes de redactado el documento, donde afirmaba que ninguno de los 14 hijos que tuvo, eran de su relacion con su esposo el rey Carlos IV de España y que hacia esa confesion para salvar su alma ante Dios.
Lo mas extraño es que el rey Fernando VII contraviniendo los deseos y la gratitud de su madre hacia el sacerdote, lo mando apresar y lo confino en una mazmorra del Castillo de Peñiscola (Castellon) hasta que murio 7 años despues, sin comprender la verdadera naturaleza y magnitud de su delito o pecado.
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Bueno y llegamos al asunto del fraile Juan de Almaraz, gran amigo de Godoy. Mucho se ha hablado acerca de la supuesta confesión que hizo la reina a su fiel amigo. Para entender todo este embolado que tiene como protagonistas a Almaraz y a Fernando VII hemos de situarnos en un contexto el cual estaba marcado por el TESTAMENTO DE LA REINA MARÍA LUISA y las sospechas de Fernando VII de que su madre se había llevado las joyas de la Corona de España. Según parece, María Luisa hizo testamento en 1815 en SECRETO declarando heredero universal de sus bienes a la persona que le guardó más fidelidad en toda su vida: Manolito Godoy. Tan solo tenía conocimiento de él Carlos IV que dio su aprobación, dicen que bajo presión, ni si quiera el interesado lo sabía. Lo supo más tarde, en 1817 cuando Carlos IV se lo comunicó. El revuelo viene a la muerte de la reina. En uno de sus últimos momentos María Luisa pidió a sus hijas María Isabel y María Luisa que aceptaran sus voluntades y renunciaran a sus partes tal y como hicieron. Pero como la reina se temía, cuando se supo su contenido el rey Fernando VII se negó en rotundo declarando nulo aquel testamento, ya no solo como venganza a su peor enemigo, Godoy, sino para evitar que las joyas de la Corona, que él creía en posesión de su madre, pasaran a otras manos que no fueran las suyas... Pero bueno, a lo que voy, a la muerte de los soberanos a comienzos de 1819 sus servidores terminaron en la más absoluta miseria al terminar por tanto su situación de privilegio como servidores de los reyes. Y el caso es que intuían que la soberana se había acordado de ellos tal y como había hecho con Godoy. Es por ello, por lo que Juan de Almaraz, que había tenido una asignación de dos mil duros anuales, sustendo asegurado y vivienda en palacio, al verse sin nada, reclamó la ejecución del testamento y la parte que le correspondía , él creía que cuatro mil duros... Así estuvo hasta 7 años enviando reclamaciones a Madrid siempre encontrando el silencio por respuesta. Hasta que en octubre de 1826, ya cansado, le manda la famosa carta a Fernando VII amenazando con hacer pública una supuesta confesión de la reina María Luisa en su lecho de muerte diciendo que TODOS sus hijos no habían sido concebidos por Carlos IV, poniendo en duda, por tanto, la legitimidad del propio Fernando como rey y en peligro a la propia Corona. Por tanto, no es nada extraño en aquella Europa de la contrarrevolución y la legitimidad, Fernando ordenara su captura y reclusión en Peñíscola con orden de no hablar con nadie. Más tarde en la cárcel se retractó y se arrepintió pero no pudo salir hasta la muerte del monarca en 1833. Por tanto... hacer caso de un hombre resentido es mucho.
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Verdad y razón nunca envejecen.