Veamos, una de las hijas de Estefanía se casó con WILLIAM Alexander Anthony Archibald Douglas-Hamilton, 11th Duke of Hamilton, 8th Duke of Brandon,, Mª Amalia de Baden. Su hija Lady Maria Douglas-Hamilton se casó con Alberto I de mónaco. Tuvieron un hijo Luis II de Mónaco, padre de Carlota casada con Pedro de Polignac, padres de Rainiero, esposo de Grace y padre de Albertito II.


Esto es lo que une a los Grimaldi con las familias reales de europa.

Palacio de Mannheim. hoy universidad.

Palacio de Karlsruhe.

Schwetzingen

Stéphanie de Beauharnais (1776-1818), fille de l'Impératrice Joséphine et fille adoptive de Napoléon 1er. Mariée au Grand Duc Charles de Bade.

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Sabba, estoy constatando, una vez más, que hay que tener ojo con las leyendas que acompañan las imágenes de Photo12. La "hija de Josephine e hija adoptiva de Napoleón" era Hortense, no Stéphanie. Stéphanie tenía un parentesco bastante más lejano con Josephine, jajaja, aunque bien es cierto que se transformó también, al igual que Hortense, en hija adoptiva de Napoleón, como hemos visto.

Pero retomemos la historia.

Estábamos en 1811. Charles Frederick y Stéphanie son ya grandes duques de Baden, con una hijita en común, Luise Amelie Stephanie. La pareja, mal avenida, ha demostrado su fertilidad: son capaces de procrear, en tanto que ella es capaz de llevar a feliz desenlace la gestación. Por tanto, en su entorno crece el optimismo. No se duda de que, conscientes de su deber, ampliarán la familia lo antes posible.

Y, efectivamente, cuando Luise Amelie Stephanie de Baden acaba de cumplir seis meses, Stéphanie se queda de nuevo encinta. En Karlsruhe están que echan las campanas al vuelo por anticipado, para gran disgusto de la abuelastra de Stéphanie, la condesa de Hochberg. El embarazo discurre tranquilamente, sin ninguna complicación importante. El 29 de septiembre de 1812, Stéphanie, tras un parto difícil, pone en el mundo un varón; pero éste no llega a recibir nombre, porque muere antes de ser bautizado. Su muerte se produce en la noche del 15 al 16 de octubre, cuando el bebé tenía catorce días de vida.

El dolor de Stéphanie es inmenso. Sus llantos resuenan en todo el palacio, está sencillamente devastada por la pérdida del bebé. Sin embargo, tampoco parece, en ese entonces, un drama. Muchas criaturas se malograban en el proceso del parto, en sus primeras semanas de vida o en su tierna infancia: era un tributo a pagar por la mayoría de los padres, perder a alguno de sus retoños. Stéphanie es joven: igual que ha tenido dos embarazos tan seguidos, puede continuar procreando. Y, de hecho, así sucede: en octubre de 1813, pone en el mundo otra hija, la princesita Josephine Friederike Luise de Baden.

Luego, el 1 de mayo de 1816, Stéphanie alumbra un varón, a quien se da el nombre de Alexander. Alexander es el largamente esperado heredero de los Zahringen, por lo que las fiestas que conmemoran su natalicio son francamente magníficas. Pero en plena ronda de celebraciones, el niño, de delicada constitución, fallece repentinamente. Ha vivido solamente siete días, es decir, una semana.

Pese a que Charles Frederick y Stéphanie no se llevan bien, perseveran. El 11 de octubre de 1818, de nuevo Stéphanie da a luz. Se trata de otra fémina: Marie Amelie Elisabeth Karoline.

Y no da tiempo para más...porque en diciembre de 1818, cuando Marie Amelie Elisabeth Karoline cuenta dos mesecitos, Charles Frederick fallece. Le sucede su tío Ludwig I, casado, pero sin descendencia.

Al quedarse viuda, Stéphanie se retiró a Mannheim con sus tres hijas...Luise, Josephine y Marie. De hecho, Stéphanie fue una cariñosísima y abnegada madre para sus tres princesas, que, en virtud de su sexo femenino, no servían de nada en cuanto a garantizar la continuidad de los Zahringen. Los dados estaban echados: de momento, reinaba el tío abuelo de las niñas, Ludwig I, pero, cuando Ludwig I falleciese, se abriría el conflicto por la sucesión. Los más puristas abogaban por entregar el gran ducado a Maximilian Josef, rey de Baviera, pariente lejano de los Zahringen y casado con Karoline de Baden, cuñada de Stéphanie. Pero la mayoría de los ciudadanos de Baden empezaban a asimilar la idea de que Leopold de Hochberg, el hijo mayor del difunto gran duque Karl Friedrich y de la ambiciosa condesa de Hochberg, heredase el trono.

El propio Ludwig I prefería a su medio hermano Leopold. Para reafirmar los derechos de éste, le casó con una sobrina nieta de ambos: Sophie, hija de Frederika de Baden -otra cuñada de Stéphanie- con el destronado Gustav IV Adolf de Suecia. Sophie de Suecia tenía tantas ganas de casarse con su tío abuelo Leopold como de colgarse de la copa de un árbol, pero la dinastía Zahringen exigía aquel sacrificio para poder perpetuarse a través de la rama Hochberg...

Estos son los hechos.

Ahora, vamos a los rumores

Recordaréis que en Karlsruhe se tenía a la condesa Hochberg por una mujer extremadamente ambiciosa...y sin escrúpulos a la hora de favorecer a su hijo mayor, Leopold de Hochberg. Era evidente que las aspiraciones de la dama respecto a ver a su Leopold en el papel de gran duque soberano sólo podían cumplirse si previamente se agotaba la línea masculina principal de la casa Zahringen. El reto de mantener esa línea hacia el futuro había recaído en Charles Frederick y Stéphanie, quienes, pese a su mútuo desagrado, habían realizado un gran esfuerzo, teniendo, en pocos años, tres hijas y dos hijos.

Enseguida surgieron los primeros rumores en Karlsruhe acerca del hecho de que las hijas de Stéphanie sobrevivían mientras que los hijos de Stéphanie se malograban nada más nacer. El primer bebé de sexo masculino se había muerto inopinadamente, con catorce días de vida, pese a que parecía una criatura robusta y vigorosa, al punto de que a nadie se le había ocurrido que hubiese necesidad de apresurar su bautizo. El segundo bebé, Alexander, se había extinguido en una semana. La gente encontraba muy curioso que la gran duquesa Stéphanie hubiese podido conservar a sus tres niñas, pero se hubiese visto casi de inmediato privada de sus dos niños, así que enseguida surgieron comentarios en torno a esas muertes de los dos principitos. ¿Había sido en realidad mala suerte?¿O alguien había intervenido desde las sombras para eliminar a los retoños con derechos sucesorios en Baden? Los rumores no sólo se quedaron entre la gente de Karlsruhe. Enseguida se difundieron en otras cortes, por ejemplo la corte de Baviera. Maximilian Josef y su esposa Karoline de Baden soñaban con anexar Baden a Baviera, así que, desde luego, esa historia de posibles infanticidios que hacía sospechosa inevitable a la condesa de Hochberg les venía como anillo al dedo.

Es importante quedarse con la copla de que existía una inclinación bastante general a considerar que quizá los hijos de Stéphanie habían perecido por causas no naturales, lo que apuntaba directamente hacia la condesa de Hochberg como la muy posible asesina o instigadora de los asesinatos que abrían el camino hacia el trono de su primogénito Leopold de Hochberg.

Los rumores perdieron intensidad con el paso de los años...pero nunca se diluyeron por completo. Digamos que estaban ahí...flotando en el aire.

Sí, por eso la puse con leyenda, aunque sólo me chocó lo de HIJA y quizá la de la imagen si sea Stéphanie.

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Pues si es un poquito para sospechar, y con la mentalidad tan supersticiosa y desconfíada de la época mucho más...

Estamos en ascuas.

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Se confirma la desaparición de dos féretros de ninos en la cripta de Ansbach. Ambos podrían resolver el enigma de Kaspar Hauser.

No se sabe donde están, ni cuando se perdieron. Unos dicen que en la Segunda Guerra Mundial, otros que en 1983. La Casa Real de Baden sigue negándose a cualquier examen de ADN por considerar que eso es una falta de respeto a los muertos. Igual argumento usan las autoridades de Baden-Würtemberg.

http://www.sueddeutsche.de/panorama/mythos-kaspar-hauser-neue-geschichten-aus-der-gruft-1.1450850

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