Qué bonito el árbol de Navidad del Palacio Real.
Esta mañana, Carlos Alsina en su editorial de todos los días, se ha quejado del pasotismo de toda la clase política en campaña (cada partido por motivaciones distintas) respecto al atentado del viernes en la embajada española en Afganistán. Alsina ha iniciado sus palabras con "El viernes nos mataron a dos españoles en Kabul" y ha continuado diciendo "sus muertes no han movido a institución alguna a convocar ni una concentración de repulsa, ni un homenaje, ni un acto institucional más allá de reunir el pacto antiyihadista o guardar un minuto de silencio en los mítines…antes de lanzarse a mitinear". Entre esto y el artículo publicado por el hermano de uno de los fallecidos, menuda mañana para torcer el morro cada vez que una se cruza con la imagen o la voz de un político.
Para los que cuestionan para qué o a quién sirven estos Reyes y su Familia Real (asunto utilizado en esta campaña) parte de la respuesta la pueden encontrar en situaciones como ésta, en la que parecen mostrar mayor sensibilidad (tan simple como aparecer en traje oscuro o rendir un homenaje a los fallecidos en el funeral de mañana) que la gente que nos gobierna y pretende gobernarnos, que solo es capaz de soltar la lágrima cuando ve un pabellón abarrotado dispuesto para el mítin de turno.
Visto el percal, incluso mandaba al Rey Felipe a presentarse a pie de pista a recibir los féretros junto a las familias, mientras los políticos se encargan de "sus cosas".