A mí lo que me parece fascinante es que ARCO siga celebrándose, a estas alturas yo pensaba que ya habría "petado" el sistema. En los tiempos en los que yo lo viví desde dentro aquello era un mamoneo: galerías que siempre exponían porque eran "amigos de" o "afines a" mientras que otras, con más renombre internacional, nunca olían la invitación y jamás pudieron asistir, cuadros vendidos por metros y esculturas por kilos a ignorantes que compraban arte como inversión... y que ahora no valen ni los materiales con los que esas obras están hechas, artistas que salen de la nada y son encumbrados porque al galerista o al marchante de turno les interesa y que no valen ni para tacos de escopeta mientras gente mucho más válida se queda por el camino por no querer pasar por el aro... o el Arco en este caso.
El mundo del arte en general hace tiempo que vive en su burbuja de especulación como cualquier otro mercado internacional, con sus cloacas llenas de aprovechados de las que de vez en cuando sale algo decente, pero hay que pisar muchas cabezas para llegar arriba del todo. Y encima ahora con las redes sociales todo se ha vuelto espectáculo y fuegos de artificio, hacerse famosete a costa de causar controversia entre los ofendiditos de Twitter, pero sin un fondo decente detrás. El arte como denuncia social hace tiempo que está muerto, si hasta las piezas satíricas de Bansky importan más por dónde las pinta y cómo lo ha conseguido sin que lo pillen que por lo que realmente está diciendo con su graffiti. Imaginad si a eso le sumamos la picaresca española, el país que hizo del Lazarillo de Tormes un héroe nacional... Ya sé que los reyes son unos mandaos y van donde les dicen, pero si yo fuese ellos iría a Arco arrugando la nariz y con toda la precaución del mundo
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.