Nuestros vecinos de Portugal arrimando siempre el hombro con la Corona.
Está feo comparar continuamente, pero las Casas Reales deberían reflexionar acerca de cuando echar a sus chiquillos al ruedo. Lo de Leonor no tiene nada extraordinario. Es más, debe empezar ya porque si no, no llegamos.
Toda esta nueva generación que sale a pista tiene a sus padres sentados en el trono y esos padres no han accedido a él precisamente jóvenes. Entiéndase por jóvenes por debajo de los 40. Los soberanos de hoy han tenido alrededor de 30 años para prepararse, pero las nuevas generaciones no van a contar con tres décadas de margen. Si la pretensión es dotarles de un papel oficial a partir de los 18, nos podemos encontrar con que ese churumbel solo disponga de 10 años efectivos para dedicarse exclusivamente a la Corona antes de convertirse en soberano. Y eso, en una monarquía, es muy poco tiempo.
Pueden pasar muchas cosas, veamos a Lilibet con 26 años, pero su época era muy distinta. Esta generación debería tener sus carreras universitarias y militares cuanto antes bajo el brazo, porque la preparación de estas mismas les impide dedicarse a su labor oficial al 100%. Y esas carreras requieren mínimo 8 años de dedicación plena. En mi opinión, van muy justos de tiempo. Además, las chicas, tienen en su "contra" el tema maternidad, que tendrán todo el derecho a vivir en la más estricta intimidad durante los meses que requieran, pero ello también las alejará durante un tiempo del desempeño público.
Pongamos que los soberanos de hoy, empiezan a faltar o a abdicar dentro de 10/15/20 años. La nueva generación accederá al trono siendo muy joven. O al menos mucho más que sus padres. Y esto no lo estoy percibiendo como una preocupación, cuando debería serlo. Sobre todo porque están y estarán sometidos a un escrutinio atroz y la monarquía sobrevive gracias a su imagen de solvencia. No hace falta que recuerde como pasó Victoria de Suecia sus 10 primeros años como Princesa Heredera con agenda oficial. Una imagen solvente se crea dedicando horas y horas a trabajar para la Corona y a presentarse ante el mundo, ante los líderes de las naciones que más tarde se convertirán en homólogos.
Entiendo que no quieran compaginar estudios con agenda oficial, pero es que dentro de nada los estaremos casando y el o la consorte necesitará que su royal le transmita tablas suficientes para poder entender y asumir las obligaciones de su título sin titubeos.
Cada uno sabrá lo que hace, pero el reloj no deja de hacer tic tac.