Sabba, lo que has escrito no sólo me ha hecho reír sino que me tiene sonriendo de malevolamente, cómo extraño cuando destilábamos veneno sin pensarlo siquiera.
El matrimonio de Haakon y Mette-Marit puede verse como un triunfo o no según quién lo mire, sus dos hijos príncipes están bien educados, Ingrid-Alexandra hace lo que tiene que hacer, ni novio se le conoce a la chica y se la ve muy respetuosa, los primeros actos que tuvo muy bien y más cuando se lo compara con experiencias claramente fallidas como la neerlandesa. Y eso que aún no es la heredera pero han hecho lo correcto al arrancar temprano. Los belgas y españoles lo mismo, se alejaron del abismo y a trabajar, siempre hacia adelante y salieron del brete, que Mathilde y Philippe compren joyas sin que nadie se altere que es la mejor señal de paz. En Suecia, al menos de momento, hay tranquilidad, más que el país tiene problemas reales con la inmigración, droga y bandas delictivas como para andar chequeando qué hacen, o no, sus royals. Y los daneses de a poco se van metiendo en líos. Quién diría que la vilipendiada Mary pareciera sería la nave insignia de la familia luego de tantas metidas de pata.
Y de los herederos, Mette-Marit antes del diagnostico actos pocos, no viajaba salvo que fuera vacaciones, a Londres fueron a estudiar pero se la pasaban de juerga y como en Noruega a nadie le importaba ni se molestaba, todo siguió como si nada. Vale también la pena recordar que si bien tenemos el chamán ella tuvo su momento místico con todos los viajes largos por Asia buscándose a si misma y al crío mayor lo crió nadie se ve. Que los problemas no nacen solos.
Acá creo, y no sé si estoy en lo correcto o no, tenemos un rey octogenario, que anda con dos bastones para todos lados, que cada vez tiene más problemas de salud y no quiere ceder su posición. Hay un piloto automático y se nota.
Sonia a mí, sin razón alguna, no me agrada. No hay un porqué pero creo que ha querido pecar siempre de campechana y es reina. Espero más, las veces que ha salido en
modo semáforo con la orden de Olav, las esmeraldas y el vestido canario es un asalto a las retinas, sí, no ayuda, hay que decirlo.
_________________
"Ma fin est mon commencement,
et mon commencement ma fin".