Su nuevo destino traería cambios, con el tiempo, y el cambio de los gustos, muchos edificios de la ciudad sufrieron lo que en términos arquitectónicos se conoce vulgarmente como "planchado", en criollo, se erradicaron todos las ornamentaciones innecesarias en la mayoría de los casos, dañando en algunos casos irrevocablemente el estilo y fin de los edificios pero evitando así un alto costo de mantenimiento, el gobierno francés también caería en esto. Si bien en nuestros días tanto el segundo piso como el tercero están destinados a las oficinas de la embajada, y el primero mantiene su uso social con carácter protocolar esto no fue así inicialmente, la casa estaba pensada para ser eso: una casa. Se crearon oficinas, se destruyeron, a falta de un mejor término, ornamentaciones para crear espacios utilitarios y se creó un departamento para el embajador de turno hasta la compra de una mansión en las afueras de Buenos Aires (luego vendida) con lo que eventualmente la residencia recuperaría parte de su esplendor perdido, pero... no nos adelantemos.
Entrada a la Sala de Música
La Sala de Música
Tenía aún el palacio que resolver otro gran peligro que se cernía sobre su sitio, más particularmente, sobre el terreno que ocupaba por el propio gobierno nacional ante la expansión y ensanche de la Avenida 9 de Julio.
La avenida 9 de Julio fue creciendo progresivamente a medida que la ciudad, y el uso del auto lo hacía, quiso 1970 que su extensión, y más precisamente su ensanche pusiera al palacio al tiro de la picota.
Ensanche progresivo
Demoliciones
Quiso la suerte, la presión de los vecinos, un grupo de patrimonialistas y especialmente el del gobierno francés que la residencia se salvara y el gobierno nacional (que entonces aún controlaba el destino de la ciudad y ponía alcalde a dedo presidencial) decidiera desistir de su demolición y hacer un badeo para evitarlo, el resultado es el que podemos ver hoy.
Se creó una falsa fachada que repitiera los motivos de la residencia y una plazoleta sobre la v que hace el tráfico en su continuación sobre la avenida, ¿el resultado? Para gustos, colores...
Como les decía, el gobierno francés se sabe responsable de desastres previos en malas restauraciones y soluciones del momento como el pecado de pintar sobre la imitación piedra lo cual la arruina definitivamente, llegaron a remover más de 2 o 3 capas en su intento de recuperarla. Es conocido en el mundo de la restauración lo caro que nos salió que un inútil puesto a dedo, NN por suerte, decidiera en su momento pintar las fachadas del Palacio San Martín exAnchorena, el "chiste" nos salió una fortuna porque era ilegal lo que hicieron al ser APH, área de protección patrimonial, estar prohibido, edificio estatal, nacional, y con todas las protecciones posibles así que de las arcas públicas salió su minuciosa restauración, y el cráneo que ideo esto debe estar en otro sillón estatal cobrando sueldo ídem. Como les digo, mucho se ha aprendido en esto haciendo desastres...
El hall circular del 1er piso
La Grand Salle Bal
Detalle de la decoración
Sonará a una obviedad pero la residencia es territorio extranjero ergo es potestad exclusiva del gobierno francés decidir, cuándo y si se la puede visitar, afortunadamente las jornadas de arquitectura y patrimonio a partir de 2015, al igual que las fiestas francesas han permitido que el público, me incluyo, pudiera acceder. Huelga decir que han invertido fortunas en recuperar la sede y se nota en los detalles...
Exjardin d’hiver, hoy living, funcionaba de Salón de Recibo para Mercedes
La gran chimenea de la Sala de Billar que hoy se usa como sala de conferencias
La biblioteca
Su fachada hoy
Como pueden ver, ha perdido mucho pero ha recuperado otro tanto, y el gobierno francés sigue investigando, recuperando material y deshaciendo los errores del pasado para retornarla, dentro de lo posible, a su estilo original, algo encomiable y que ciertamente realza su valor y presencia.
Fin.
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Próximamente, residencia de Álzaga-Unzué:
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"Ma fin est mon commencement,
et mon commencement ma fin".