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Doña Letizia entró en la Casa Real dispuesta a que hicieran de ella una Princesa digna e impecable, y la Reina se ofreció “voluntaria”. Desde entonces, doña Sofía y doña Letizia son ya más cómplices y amigas que suegra y nuera.
Dicen que vale más una imagen que mil palabras. Las que ilustran este reportaje, confirman el dicho. Doña Sofía y la Princesa se mostraron como tal en el palacio de la Zarzuela mientras posaban, el pasado 19 de mayo, con el Presidente de la República de Bulgaria, Sr. Gueorgui Parvanov, y su esposa Zorka para la foto de familia… Con los representantes de las Reales Ordenes Militares de San Fernando y San Hermenegildo, con motivo de la festividad de San Fernando, en la residencia de los Reyes… Y, unos días después, de nuevo, en Zaragoza, durante la cena a la que asistieron en la Academia General Militar la noche anterior a la conmemoración del Día de las Fuerzas Armadas
La Princesa lleva cuatro años escribiendo una nueva biografía, la de una vida inesperada para la que hace oficio a base de mirar y de recibir consejos –ya se sabe que no existe para su papel ningún manual de instrucciones- pidiéndo consejo y ayuda en el entorno más próximo y apoyándose en la Reina, su mayor cómplice.
Sin restar protagonismo al Príncipe y teniendo muy claras sus prioridades como madre de dos infantas y como esposa, la Princesa de Asturias se abre camino como Futura Soberana de España agarrándose a la mano de doña Sofía, la Reina que la arropa y la respalda para que sea una verdadera princesa del siglo XXI .
Doña Letizia dice, en su entorno, que lo que siente por la Reina es adoración, que nunca olvidará lo que ha hecho por ella y siempre le estará agradecida por lo que le ha enseñado como Soberana y como ser humano. Doña Sofía sabe, como madre, que Letizia ha hecho un gran sacrificio por amor… Y, como reina, que, en el ejercicio de su trabajo, la Princesa siempre representará a la Institución.