manuesevilla escribió:
Minnie andas un poco demagogica en este tema no? Espero que, a lo sumo, sólo un poquitito, mi estimado manue. Si te digo la verdad, la demogogia es algo de lo que huyo despavorida, jajajaja, pero admito que todos podemos vivir siempre en peligro de que nos asome una venita, por chiquita que sea, de demagogia, porque la tendencia a ello forma parte de la naturaleza humana
A ver si me explico de manera que mi posición sea comprensible para Sabbi y para tí. Recordad que yo siempre parto de la máxima de que las generalizaciones llevan implícito un margen de error; resulta importante tener esa idea en mente cuando se generaliza, como yo estoy haciendo
Lo cierto es que cada uno de nosotros, personitas, somos únicos e irrepetibles; rompieron mi molde cuando me hicieron a mí, rompieron tu molde cuando te hicieron a tí. Hay que pensar que, además, hay gente muy emotiva y sentimental con respecto a sus orígenes, con un fuerte sentido de la pertenencia a una familia, un pueblo, un país, mientras que otra gente -igualmente respetable- se muestra bastante desarraigada e incluso presume de ello. Pero hechas esas salvedades, sí, creo que, en general, el sentimiento de identificación con un país tiene que ser mayor en alguien que nace y crece allí que con alguien que llega de adulto, traído por circunstancias de la vida y que tiene que aclimatarse. No pienso que eso sea hacer de menos a nadie, manue, sino reflejar una realidad, aún recordando, de nuevo, que hay excepciones. Un ejemplo para mí sería las dos esposas de Alfonso XII: Mercedes era española, madrileña de nacimiento, sevillana en cuanto a su sentimiento, e incluso los años en que los avatares políticos llevaron a su familia a exiliarse, primero en tierra portuguesa, después en tierra francesa, por mucho que estuviese cómoda o rodeada de atenciones, seguía considerando que le faltaba el aire de su país natal. Crista no era española, era austríaca y criada en tierras bohemias. Cuando se comprometió con Alfonso XII,
tomó la decisión consciente, plenamente consciente, de españolizarse lo antes posible porque entendía que ese proceso acelerado de integración socio-cultural formaba parte de su papel de reina. Pero fijaos: toma una decisión adulta, una decisión madura, perfectamente calibrada de acuerdo con unas circunstancias. Tiene que aprender el idioma, que en su caso le cuesta trabajo y sólo lo consigue porque hay en ella un formidable sentido de la disciplina; pero le cuesta hacerse a la zarzaparrilla y se alegra al descubrir que las zarzuelas se dan un aire con las operetas vienesas porque eso se lo pone "más fácil". Nunca pudo acostumbrarse a las corridas de toros y se sintió en la obligación de disimularlo, para que no pensasen que eso se debía a su condición de extranjera. Tened en cuenta, por favor, que yo admiro mucho a Crista: no estoy diciendo que no llegase a experimentar un gran afecto por España, pero en su caso ese afecto no emanaba de unas raíces y una crianza, sino de un proceso de adaptación vivido en su época adulta; en gran medida, el afecto provenía porque veía España como el país Y LA HERENCIA de su hijo. El alemán fue siempre su lengua personal, su lengua íntima; y tengo para mí que en su fuero interno, aún siendo una ejemplar reina de España, no olvidaba que era austríaca igual que no olvidaba que era una Habsburgo.
Espero haber elegido un ejemplo que ilustre lo que quiero decir. Paz era una infanta española; recordad que infanta de España equivale, literalmente, a hija de España. Desde su nacimiento le habían inculcado la idea de pertenecer a una dinastía que reinaba en un país: España. Sentía que estaba profundamente conectada con España. Cierto es que ella era muy sentimental y por tanto su patriotismo tenía ese toque de emotividad. Pero su hermana mayor, Isabel, la Chata, era parecida. Esas mujeres respiraban España constantemente, se llenaban los pulmones de España. Por lo que le toca a Paz, se fue a vivir a Baviera con su marido y aunque tuvo un matrimonio feliz, hijos a los que adoraba, una existencia grata, llevó en la medida en que pudo a España consigo hasta Munich. Ejercía de española, de principio a fín de su vida. No me imagino a Paz pidiéndole dinero a una España en postguerra INCLUSO SI HUBIESE TENIDO DERECHO. Incluso si hubiese una cláusula en su tratado nupcial que estipulase que en caso de que la monarquía bávara se fuese al tacho ella podría solicitar una asignación al reino de España, no imagino a Paz ejerciendo ese derecho.
No percibo el mismo patriotismo en Ena con respecto a España. Para mi Sabbi: no creo que una reina de España tenga necesariamente que sentirse feliz con su españolización, jajaja. Isabel de Farnesio o Amalia de Sajonia son dos ejemplos. Aún así, las dos cumplieron su papel, cada una en su estilo. Por lo que toca a Ena, sabéis que siempre he pensado que no encajó realmente en la corte española y que resultó difícil que cuajase entre el pueblo, fuera de un círculo particularme ilustrado y avanzado para la época. Pienso que la propia Ena reflejó esa sensación de zozobra cuando al partir al exilio encontró menos muestras de solidaridad popular de las que ella había esperado: con cierta decepción, afirmó que ella había creído que había echado raíces más profundas y firmes de las que se le reconocían. Ojo: no estoy infiriendo que Ena no experimentase cariño por España, había pasado años aquí con todo lo bueno y todo lo malo que hubo en ese tiempo, había tenido hijos españoles y el país pertenecía, tal y como lo vive la realeza, al heredero que ella había proveído para la dinastía; pero pienso que Ena no era española y no sentía esa profunda vinculación que sentía una Paz. Y, sinceramente, sigo pensando que Ena no fue elegante, no estuvo fina, al reclamar su dinerito después de la II Guerra Mundial, cuando Franco hubiera bailado la jota vestido de lagarterana con tal de congraciarse con UK, el aliado europeo por excelencia de los USA. Ena se benefició de su conexión con la monarquía británica y de una tesitura política favorable para llevarse su asignación. Que no digo que no tuviese derecho, pero que yo tenga derecho a algo no significa que el ejercer ese derecho me deje en buen lugar en según qué momentos o en según qué circunstancias, para entendernos.
¿Me he explicado un poquito?