Arca Santa. Después de 1075. Madera de roble, plata repujada cincelada y nielada. Cámara Santa de la catedral de Oviedo.
Voy a contaros una historia que empieza hace muuucho tiempo y termina hace algunos años dando pena y dolor.
Situación: el 7 de octubre de 1072 el rey Sancho es asesinado a las puertas de Zamora por un asesino que algunos dicen que envió su hermana Urraca. Alfonso VI es coronado rey y don Rodrigo Díaz de Vivar le hace jurar que del asunto no sabía nada. Muchos dicen que desde aquello el monarca guardó un odio furibundo a Mio Çidi... mentira cochina. El Cid, que aún no se había ganado ese título y era el alférez real, tras la jura de Santa Gadea se había declarado vasallo del Emperador. El vasallaje implica una fidelidad a cambio de una protección, la cual imponía al señor, entre otras obligaciones, la de buscar una esposa digna para su vasallo. Cumpliendo con este deber, Alfonso VI buscó para el Cid un matrimonio honrosísimo: le dio por esposa a Ximena Díaz, dama de gran alcurnia, hija de Diego Rodriguez de Asturias y de Cristina y por tanto bisnieta del rey Alfonso V.
Esto no es importante para la historia pero como a los genealogistas les suele interesar os diré que del padre de Ximena no sabemos mucho pero sí de sus hermanos. Los cuñados del Cid eran tres. El mayor se llamaba también Rodrigo Díaz, fue el origen de una noble familia afincada en Cangas del Narcea. Su hermano, el conde Fernando Díaz fue gobernador de Asturias, un hombre de gran influencia y riqueza que se casó con Enderquina Moniz, hija del famoso conde Monio Roderici llamado el Can. El tercero, Froila Díaz, ocupó cargos palatinos y militares en la corte y aparece con los títulos de conde de Aguilar, de León y Astorga. Fue mayordomo de Raimundo de Borgoña, el primer esposo de la reina Urraca, y señor de Lemos y Sarria.
También hay noticias de una hermana, se llamaba Aurovita Díaz y estaba casada con Monio Gudesteoz, que no es otro que el Muño Gustioz del Cantar de Mío Cid, a quien llama "mio vasallo de pro" y "caballero de pro", el hombre de confianza y amigo del Campeador.
El matrimonio del Cid con Jimena tenía fuertes connotaciones políticas y era una forma de introducir a las familas nobles de la recién llegada Castilla en la aristocracia asturiana, antigua, de rancio abolengo y muy poderosa. Si no hubiese mediado ese interés, jamás de los jamases Diego Rodriguez de Asturias hubiese entregado a su hija al Campeador, que por muy buen caballero y alférez que fuese no dejaba de ser de la pequeña nobleza. en esta época una mujer se casa con un igual para mantener el estatus, o con un superior para elevarse, pero si te casas con alguien por debajo de tí es tu estatus el que baja, no sube el de tu marido. Así que Jimena, aunque de linaje real, perdió su categoría al casarse, hablamos de la teoría claro, luego en la corte eran personajes muy poderosos y adulados.
La boda se celebra en 1074, en León o en Burgos, y se vienen a comienzos del año siguiente a Asturias de luna de miel acompañando a la comitiva del rey. Alfonso VI llega a Oviedo decidido a satisfacer su curiosidad...
En la catedral de Oviedo existía un tesoro que, aunque inexplorado, había adquirido una fama universal como fuente de milagros portentosos, lo que había hecho de la ciudad un centro de peregrinación tan grande como Compostela. El tesoro se guarda en el Arca Santa, una caja venerable con las más curiosas reliquias traídas desde Jerusalén vía Toledo. Los cristianos huídos de los musulmanes las ocultaron en el Monsacro y de allí el Rey Casto las trasladó a su tesoro consagrado al cuidado del arcángel San Miguel (o sea, al lado dela torre de San Miguel)
Verdad o mentira lo cierto es que después del destrozo del que os hablaré más adelante se descubrió que debajo de la plata del Arca había una de madera con decoración de tipo andalusí, en el Museo Arqueológico Nacional hay un pedazo en el que se ve un arco polilobulado, esta es el Arca que vio Alfonso VI.
El Monsacro
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.