Buceando por libros y revistas que tengo por mis estanterías (estoy en busca y captura de una Historia de España que tengo por algún sitio pero no sé dónde metí
) encontré una revista de Historia 16 de 1991 con un artículo del historiados Simon A. Vosters sobre doña Mencía.
No aporta mucha novedad a lo ya contado y las imágenes son las mismas pero alguna cosa hay. Por ejemplo que sus padres vivieron un amor de película.
El florecimiento de la familia se debe al cardenal don Pedro González de Mendoza, a quien llamaban el tercer rey de España porque tenía casi tantas atribuciones como los Reyes Católicos. Cuando don Rodrigo nació su padre era obispo de Calahorra, su nacimiento natural fue legitimado por el Papap y pudo aceptar la herencia paterna en 1464. Se distinguió por su temeriadad en la guerra de Granada y por sofocar la rebelión de las Germanías de Valencia. Murió el 22 de febrero de 1523 de fiebres cuartanas.
En 1506 se casó de manera muy romántica con doña María de Fonseca, hija de doña María de Toledo, de una familia posíblemente judía. Como el padre de María no aprobaba el matrimonio desheredó a su hija con lo que perdió su derecho a las posesiones de Coca y Alaejos. Al parecer fue una historia de novela rosa
Doña Mencía fue el primer fruto de la unión y pasó su juventud en el castillo renovado de Ayora. Como retoño de un matrimonio por amor, algo muy excepcional en la época, supongo que creció en un ambiente relajado, rodeada de objetos de arte y libros.
La inmensidad de su herencia le proporcionó numerosos pretendientes, entre ellos el Gran Duque de Alba, pero Carlos V se negó a la unión de estas dos poderosas familias que entre ellas reunían más patrimonio que el del rey. Por eso la casó con Enrique III de Nassau, señor de Breda, gobernador de Holanda, capitán del ejército, etc. Para cuando se casó con Mencía de 16 años el era muy mayor.
Por cierto que los historiadores la presentan como encantadora pasando por alto las observaciones poco corteses que algunos contemporáneos hacen de su adiposis. El bufón del Eperador, Francesillo de Zúñiga, hizo chistes de pésimo gusto sobre la dama con motivo de su obesidad y la llamaba marisabidilla presumida. Eso sí, lo que no podían negar era su virtud que fue muy alabada.
Otra cosa, la dama era culta pero no tenía demasiada soltura con el latín en su juventud, luego tomó clases de latín y griego. En su biblioteca aparecieron numerosas obras de literatura castellana así como de Dante y Petrarca pero traducidos.
Fue una gran defensora de los moriscos de sus tierras y rechazaba la conversión forzosa que hacía que la población huyese y las tierras se arruinasen. Una incansable viajera junto a su marido y el Emperador: estuvo en Italia en la coronación, en Alemania en la dieta de Augsburgo, en Francia entrevistándose con Francisco I y en Flandes claro.
En marzo de 1534 estuvo en Guadalajara para celebrar la boda de su hermana María con Diego Hurtado de Mendoza, hijo del duque del Infantado, con lo que se funden ambas casas por ser coherederos de Mencía.
El actual parque municipal de Oude Warande en Breda era su coto de caza privado con una casa de recreo donde solía dedicarse al estudio, se inclinó muy descaradamente por la tolerancia hacia el erasmismo hasta el punto de mosquear al rey.
Poseyó obras del Bosco, entre ellas el original del Carro de Heno, el del Prado es una copia contemporánea pero obra de taller, además de un tríptico con escenas de la Pasión que quiso sobre su tumba pero don Luis de Requesens que fue heredero de sus bienes muebles eligió otro de menor calidad en la colección del castillo de Ayora.
Muy amiga del la gobernadora María de Hungría, entre las dos fueron las grandes mecenas de la época para toda clase de artistas y eruditos. Y ambas muy aficionadas a las joyas.
Tras la muerte de su marido tuvo una monumental pelea con su hijastro por la herencia Nassau , tuvieron que someterse al arbitrio del Emperador y René de Châlons digamos que se echó atrás por cortesía hacia una dama y porque apreciaba a su madrastra así que le concedió a la señora algo más de lo que le correspondía por derecho.
Carlos V la quiso casar con el Marqués de Mondéjar, la señora se indignó pot lo que consideró una propuesta humillante a su noble linaje ( aunque sea hija de un bastardo y una judía, en la España de esa época todos se daban aires...) y consiguió casarse con el virrey de Valencia sencillamente porque en Emperador no estaba en disposición de imponer su voluntad a tan poderosa señora.
Se le dedicaron tantos libros, panegíricos y poetas por los filósofos y escritores que amadrinó que mencionarlos todos sería interminable. Es la fundadora de la Universidad de Toledo donde dotó cátedras de hebreo, latín, griego, teología y dos de arte.
Por cierto, esto ya aparte, se ha comentado mucho de la sangre judía de Mencía. A lo largo del siglo XV el prestigio y el poder de los judíos era inmenso en España. Un primo lejano de la dama, Francisco de Mendoza y Bobadilla, arzobispo de Burgos, trata el tema el "El tizón de la nobleza española" de 1562, un libro que escribió llevado por la indignación que le produjo que a su sobrino no le concedieran el hábito de Santiago, alegando que no tenía limpieza de sangre. Así que en este libro, que es una carta abierta a Felipe II, se puso a enumerar a todos los linajes ilustres de España y sus conexiones con familas judías, ya os podéis imaginar que no sentó nada bien la publicación
Como dice Pérez Reverte en El Capitán Alatriste, en esta España de las tres culturas todos hemos tenido un abuelo que se hartó de aborrecer el tocino.