sabbatical escribió:
tengo intención de seguir diciendo siempre lo que pienso y sin dejarme avasallar por los que sienten que tienen derecho a afearles a otros sus opiniones, aunque no toleran que se haga lo mismo con las suyas.
Y bien que harás, dear, y bien que harás.Dicho lo cual, me permito añadir, porque me lo pide el cuerpo, que en este foro se pueden debatir las actitudes y conductas de todos aquellos personajes que o forman parte de la HISTORIA, con mayúsculas, o son personajes con una notable proyección pública, vinculados a la realeza, anexos a la realeza, aristócratas o anexos a la aristocracia. Vamos...que son gente tan MEDIÁTICA que se ponen en boca de todos, para lo bueno y para lo malo. Creo que, en general, bastante respetuosos somos en este foro con esa gente que a menudo se regodea en la expectación que suscitan; ellos mismos se ocupan de mantener encendido el fuego de la curiosidad popular, precisamente porque ya ni sabrían vivir en un plácido -a veces quizá aburrido- anonimato.
Aquí podemos ser irónicos, sarcásticos e incluso a veces pelín irreverentes, pero les tratamos con bastante respeto a todos. Por eso yo siempre me atiborro de azúcar antes de mencionar a nuestro tío Leandro, por ejemplo, jejejeje. Y los comentarios más críticos que he leído en este tema acerca de la tercera boda de Cayetana siguen siendo bastante más light que el 90% de los tuits de ayer bajo el trendic topic #bodaduquesa. También son bastante más light que los que hacían hoy mis compañeros de trabajo, dicho sea de paso.
Y siguiendo en el tema...hoy, leyendo los artículos acerca del casorio, ilustrados con esas fotos, sigo pensando que esa mujer me produce bastante rubor. Puedo sobrellevarlo porque no es mi madre ni mi abuela. Si lo fuese, insisto en que estaría en pleno ataque febril. Y aquí no se trata -me gustaría aclararlo...- de que pretenda mantener a las personas que han sobrepasado los sesenta al margen de sentimientos como el amor, la atracción, el gusto por la compañía agradable, etc. Puedo entender, y muy bien, que una señora de edad avanzada conozca a un señor de edad avanzada en su baile del centro social del barrio, paseando los perros por el parque o incluso en una residencia; puedo entender que conecten, que se establezca una complicidad, que surja un romance, que decidan vivir en feliz concubinato para no perder pensiones de viudedad o que, de no existir ese impedimento, se empeñen en casarse. Que sí, que me parece estupendo y no tengo nada que objetar a que cada ser humano busque afanosamente la mayor cuota de felicidad. Pero, sinceramente...¿conocéis a muchas octogenarias que, sobreponiéndose mal que bien a una isquemia cerebral, se vean de repente cortejadas afanosamente por un señor veinte años menor, todavía con buena planta, que viste elegante aunque casual?¿Veis a menudo funcionarios con una situación económica digna pidiendo excedencias para dedicarse a hacer dichosa a una mujer que le supera en casi un cuarto de siglo y que está evidentemente muy perjudicada en su salud desde hace unos años? Esas cosas no suceden. A mi abuela no le salió ningún galán a llamarla porcelanita cuando estaba prácticamente al borde de la tumba, porque no es lo usual. Y tampoco es lo usual montarse una boda de ese tipo, tan peculiar en sus detalles y con polémica servida desde distintos frentes. Vamos, discreción no es lo suyo, no. Y lo encuentro bastante bochornoso en general, aunque ellos son muy libres de hacer lo que les apetezca, faltaría más.