Algunos todavía somos novatos
Brianna, lo que no debes hacer nunca es agobiarte, esto es para ir despacio, paso a paso, ya te lo ha dicho Iselen, con mucha paciencia... Y no me vengas con que no eres lanzada, porque yo rozo el autismo social (no es coña, aquí es muy fácil darle a la tecla, pero la vida real es diferente) y aún así, poco a poco, he ido visitando archivos, conociendo gente, participando en foros... todavía estoy en pañales, y me sigue constando horrores visitar un lugar nuevo y dirigirle por primera vez la palabra al encargado de turno, pero voy avanzando, muy despacio, a mi ritmo, lo intento... ASÍ QUE FUERA EXCUSAS, BRIANNA!
Bueno, vale ya de rollos, te comentaba antes lo de los expósitos... no creas que toparte con un expósito en tu árbol genealógico significa talar definitivamente esa rama porque jamás podrás continuar por ahí; naturalmente en las más de las veces será así, pero la posibilidad de descubrir la verdadera identidad del expósito existe, por muy pequeña que sea. Te pongo tres ejemplos que yo me he encontrado en los archivos, tres historias reales, muy particulares, no generalizables, desde luego, y nada frecuentes, pero reales, y si pasó una vez puede pasar más veces:
Caso 1: Siglo XVII, un niño recién nacido es abandonado a la puerta de la casa parroquial, donde reside el sacerdote y una sirvienta, los cuales toman al niño a su cuidado. Sólo años después, cuando el chico intenta contraer matrimonio, se descubre que el cura y la criada eran sus verdaderos padres .
Caso 2: Siglo XIX, en un testamento un matrimonio confiesa que son padres de una hija nacida antes del matrimonio, que ésta fue abandonada en la inclusa; que después de casarse acudieron a dicho establecimiento y se hicieron cargo de la niña, pero que nunca le dijeron que eran sus padres, ni debía saberlo hasta que ellos murieran .
Caso 3: En la partida de defunción de una anciana se hace constar al margen que 60 años atrás esta mujer había sido madre soltera de un niño que fue inscrito como hijo de padres desconocidos .
En estos tres casos la verdad salió a relucir en la propia época en que vivieron los protagonistas, pero imagina que nadie le dice al hijo de la anciana que su madre se ha muerto (por ejemplo porque se marchó del pueblo hace tiempo y nadie sabe dónde está), o que la niña de la inclusa coge un cabreo monumental al saber la verdad y por puro despecho continúa viviendo como si no hubiera descubierto nada... Los descendientes de ambos estarían convencidos de que sus antepasados habían sido niños de la inclusa que nunca habían conocido sus orígenes... y hasta hoy...
Así que manos a la obra!!!, ¿qué partidas del registro civil tienes en relación a tu bisabuelo y tu tatarabuelo? por ir entrando en materia...
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"Buscad la Belleza, es la única protesta que
merece la pena en este asqueroso mundo"
(R. Trecet)