Las Self-Made-Girls o Jóvenes hechas por sí mismas: Jeannie Chamberlain y Mary Leiter.

La nueva generación de herederas era muy diferente a la generación de las bucaneras. Las self-made-girls era americanas al cien por ciento (sin educación o experiencia europeas como las bucaneras). Esta jóvenes no tenían madres que las chaperonearan y las guiaran sobre como seguir las reglas de la Sra. Astor. Sus éxitos dependieron exclusivament de ellas y fueron construidos en base a su carisma, sus propios méritos y sus esfuerzos inagotables.

Cada una de ellas se transformaría de una americana anónima a una aristócrata inglesa usando, en palabras de Henry James, "la propia fuerza de su personalidad".

Las jóvenes hechas a si mismas tenían por principal característica su deseo de mejorar por sí mismas. Por propia voluntad iban a lecciones de canto, de baile, de dibujo. Leían constantemente, estudiaban historia e idiomas extranjeros y estaban atentas a lo que se decía de ellas en las páginas de sociedad. Se inscribía en cursos en escuelas para senoritas, visitaba museos, galerías de arte, iglesias y se lanzaba a conocer a Europa acompanada de uno de sus progenitores. Cuando decidían que estaban listas para casarse, estas chicas, generalmente provenientes del medio-oeste americano, iban a Londres a cazar maridos. Tan simple como eso.

Uno de los ejemplos más distinguidos del tipo de chica hecha a si misma fue Jeannie Chamberlain, originaria de Cleveland, Ohio.

Jeannie tenía una belleza espectacular, en un sentido norteamericano del término. Cabello largo color miel, ojos azules oscuros con pestanas largas, labios gruesos y una figura alta, delgada y llena de gracia. Su aparición en Nueva York en 1883 causó gran alboroto, al punto que el New York Times le dedicó un artículo en primera página.

Los padres de Jeannie eran los típicos americanos anónimos que tenían por única función en la vida facilitar la subida al éxito de su hija. Eran espectadores de todas las estrategias y aventuras de su hija, estaban a su lado pero eran invisibles. Edith Wharton parodia a este tipo de padres en su novela "La Costumbre del País", como sirvientes sufridos de la juventud y belleza insaciables de la hija, que apenas se dan cuenta o comprenden sus intenciones y al mismo tiempo fascinados por su ascenso por lo que sólo se limitaban a seguir observando en adoración y seguir pagando por ella.

Una vez en Europa, Jeannie cautivó a los dos hombres necesarios y cruciales para lograr el éxito social: Charles Worth, el fundador de la alta costura y Bertie, el príncipe de Gales.

A Worth le encantaban sus clientas americanas. Eran mucho más osadas para lucir los modelos de alta costura, por muy extravagantes que fueran. Además, eran excelentes compradoras y pagadoras. Las americanas además respetaban cada detalle de las creaciones de Worth.

Las jóvenes americanas llegaban como tales a las manos de Worth. Una vez visitado el atelier y con x vestidos en el equipaje, salían convertidas en mujeres magníficas. Los vestidos las refinaban y daban el marco a la belleza de las chicas.

El matrimonio de Jeannie Chamberlain y el Capitán Herbert Naylor-Leyland.

Después de ordenar su guardarropa en Worth, Jeannie se dirigió hacia Baden-Baden donde el príncipe de Gales solía pasar temporadas. Jeannie cautivó completamente al príncipe con su flirteo, sin embargo, no pasó de eso. Bertie se lanzó a la caza persiguiéndola de spa en spa. El príncipe estaba tan arrobado que le permitió llamarlo "Prince Tum-Tum" y "Jumbo". La princesa Alexandra puso a Jeannie como sobrenombre "Miss Chamberpots".

A su llegada a Londres, después del recorrido continental, Jeannie tenía en las manos todas las invitaciones importantes de la temporada social, incluyendo la más importante para quedarse con el príncipe en Norfolk. Aquel a quien el príncipe de Gales invitaba era inmediatamente el invitado preferido de todo Londres por lo que el éxito de Jeannie estaba asegurado.

Finalmente, la bella heredera debía elegir marido y Jeannie escogió al Capitán Herbert Naylor-Leyland de los Grenadier Guards. La pareja se casó e inmediatamente se mudó a Hyde Park House en Londres. En ese momento, Jeannie envió a sus padres devotos de regreso a Norteamérica.

El padre de Jeannie Chamberlain se llamó William Selah Chamberlain, proveniente de Cleveland. En el Burke's Peerage es simplemente mencionado como WS Chamberlain.

Jeannie, por supuesto, se convirtió en amante del príncipe de Gales y ella y su esposo eran asiduos a las fiestas y parte del Marlborough House Set.

El obituario del esposo de Jeannie en el New York Times:

El otro ejemplo más saltante de joven hecha a sí misma fue Mary Leiter. Mary fue hija de Levi Leiter, uno de los socios originales de la legendaria cadena de tiendas norteamericana Marshall Fields quien hizo además una fortuna con negocios inmobiliarios en Chicago.

Cuando las hijas adquirieron la edad de ser presentadas en sociedad, la familia se mudó a Washington D.C. en donde Mary se convirtión en una de las debutantes de la ciudad y en amiga de la joven esposa del Presidente Cleveland.

Después de su éxitoso debut en DC siguieron temporadas en Nueva York y en Newport, el lugar de veraneo de los americanos ricos. En los 1880s, Mary y su familia viajaron varias veces a Europa sin encontrar el éxito social obtenido en casa.


Mary Leiter

Todo cambió, sin embargo, en 1890 cuando fue presentada a un aristócrata inglés amigo del príncipe de Gales. Sir Lyon Playfair era miembro del parlamento y estaba casado con Edith Russell de Boston. Ambos la llevan a una recepción en donde conoce al príncipe, a Gladstone y a una duquesa. Asimismo, Mary es presentada a otras parejas anglo-americanas quienes la introducen a lo mejor de la sociedad.

Finalmente, Mary es invitada al baile de la duquesa de Westminster en Grosvenor House, el más importante de la temporada. Ese día el príncipe de Gales la invita a abrir la cuadrilla. A partir de ese momento, el éxito de Mary estaba asegurado.

Matrimonio de Mary Leiter y el Honorable George Curzon.

En 1890 las ventajas del matrimonio americano eran claras especialment para aquellos aristócratas empobrecidos o hijos menores de grandes familias con pocas esperanzas de recibir una compensación generosa del hermano mayor.

El Honorable George Curzon fue uno de los hombres más brillantes de su generación y sus ambiciones estaban al nivel de su inteligencia. George era el hijo mayor del 4° Barón Scarsdale y tenía 9 hermanos. Juntos crecieron en Kedleston, el sitio familiar en Derbyshire. Kedleston se aproxima a Chatsworth en tamano. Sin embargo, la fortuna familiar de los Curzon no podía mantener esa propiedad. La familia empezó a tener problemas económicos y George recibía una asignación mínima de su padre.

George estudió en Eton y Oxford, siendo Fellow de All Souls a los 24 anhos. Pronto, George empezó a trabajar como periodista para completar sus ingresos. Fue además elegido parlamentario, pero no recibía sueldo alguno por el puesto. En 1888, Curzon decide ir al extranjero pero no a recorrer el mundo sin propósito sino a viajar por Asia con el fin de convertirse en experto en asuntos orientales. Los reportes de sus viajes eran publicados en el Times de Londres. Su objetivo era claro, quería llegar a ser Virrey de la India y sus viajes de exploración eran la antesala para convertirse en el mayor experto en Inglaterra en dichos temas.

Antes de continuar con mi relato dejo aquí un poco de información adicional sobre nuestra primeras heroínas, las bucaneras.

Treinta anhos después de sus matrimonios el New York Times publica un artículo de alabanza sobre las jóvenes: "The American Woman's Influence in England.