¡Living la vida Cristina!Boris Izaguirre
18 AGO 2012 - 01:00 CETLa infanta Cristina, con permiso de Julian Assange, reafirma protagonismo en este primer verano del rescate. Su aparición, delgada y sonriente, en el País Vasco francés permite varias lecturas. La primera, que la hija menor del Rey siempre prefiere un paraíso ubicado en una república. ¿Asocia paraíso con república? Probablemente no, pero quizá la idea le ayude en su empeño en alejarse de la institución familiar y a la vez acercarse a la familia de su marido. Ella, igual que Assange, tiene un Wikileaks en casa.
Pero no es que Cristina sea republicana, ni tampoco que los hechos que la rodean la impulsen a ello. Se trata de que los Urdangarin Borbón viven en Washington y descansan en las playas de Biarritz, burlando las indicaciones del ministro Soria que ha pedido a los españoles hacer patria y pasar sus vacaciones dentro de la Península. ¡Living la vida Cristina! Estas semanas, Cristina piensa en cómo será su futuro y en emprender una existencia como “descastada”, es decir, alejada de su real familia. Mientras Assange se refugia en la embajada de Ecuador en Londres, Cristina ha encontrado solaz entre las olas del Atlántico francés. En su mirada a las cámaras de ¡Hola! observamos que está convencida de que su marido no pisará la cárcel. En realidad, estamos todos igual de convencidos que ella: no sucederá, y más aún con la cobertura que ofrece Telefónica. Lo más probable es que esta “pesadilla” terminará como todas las pesadillas, despertándonos y viendo llegar el día.
La imagen de la que se nos ha privado este verano: los duques de Palma navegando por Mallorca en julio de 2011. Cristina, como todos, intuye que su futuro es mejor que el del expresidente valenciano Camps, al que se declaró inocente, pero ha quedado fuera de toda oficialidad e importancia en su partido. Descastado. Cristina también sabe que entre sus amistades de Washington y Biarritz ser hija del Rey es un plus, como lo es también ser esposa sobreviviente de un marido imputado. No se equivoca, para muchos la mezcla es irresistible. Si se cierran puertas de palacios, se le abrirán puertas de salones, y entonces formará parte de ese cajón de sastre de figuras aristocráticas menores o caídas en desgracia, pero aún de buen ver y vivir.
Ya se habrá dado cuenta de que muchos españoles no la entienden ni la defienden. Y de que tampoco es imprescindible; ni ella para los españoles ni los españoles para ella. Pero no siempre es fácil dejar de estar al cuidado de papá, él sí que es casi imprescindible.
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Y nuestra Infanta nos señalaba que Francia a veces tiene su corazoncito para aristócratas con problemas.
Fuente:
http://elpais.com/elpais/2012/08/17/gen ... 23769.html