Registrado: 25 Feb 2009 15:50 Mensajes: 1948 Ubicación: Cádiz La Bella
|
Minnie escribió: La tarta tiene un aspecto sensacional, pero no te la comas, Mari Tere. Que toca ir luciéndose a la boda de Félix con Claire, mujer. Y las fajas ayudan, qué duda cabe, pero más ayudan cuando una primero se contiene las ganas delante de una pedazo tarta... A raíz de tu comentario, y con las gracietas que tenemos siempre a bien tener con los kilillos de nuestra querida MariTere, se me ha ocurrido colgar un artículo, que tiene ya muchos años, de Elvira Lindo sobre las mujeres y sus kilos de más...Sin duda alguna, La Gran Duquesa cumple la norma de gruesa feliz con marido delgado que bebe los vientos por ella...¡¡Ya me diréis!! RAMONA, TE QUIERO Elvira Lindo, El País, 9 de agosto de 2000
Mi santo me pide que si puedo hacerle el favor de dejar de nombrarle en estos articulillos, ya que empieza a ser objeto de bromas por parte de amigos que llaman a casa. Eso se ha juntado con que el otro día el taxista del pueblo le preguntó con una sonrisa si ya le habían quitado la L del coche, cosa de la que yo había escrito la semana pasada, y mi santo en vez de considerar una buena noticia que un taxista lea este periódico, lo tomó por el lado malo, y me dijo que con mis gracietas, estaba socavando la intimidad de nuestro matrimonio. Le recordé que muchas veces él me había dicho que las personas éramos tan vanidosos que nos encantaba salir en una gran obra literaria, aunque quedáramos como el culo. Él me contestó: -Cariño, pero una cosa es quedar como el culo en una gran obra literaria y otra cosa bien distinta esto. Desde luego mi matrimonio no se va a destrozar por falta de sinceridad. El caso es que a fin de preservar la armonía hoy voy a darle un respiro y, como susurra un insigne escritor: Ahora hablaré de mí. Si el gordo de Cyril Conolly decía que tenía un hombre delgado pidiendo auxilio en su interior, yo estoy convencida de que dentro de mí hay una gorda que está pidiendo guerra. Me doy cuenta, sobre todo, en un pueblo como éste, idílico según mi santo, donde a falta de esos escaparates de la ciudad donde las personas convertimos la ansiedad en un consumismo sano, no contamos más que con tiendas de comestibles. Yo paseo por la calle y el aburrimiento rural me desemboca en hambre, y me quedo un momento mirando esos donuts gloriosos, ese bollicao de mi alma. Porque a mí los bollos caseros, no, yo soy ya de la generación de l bollo falso, será insano, pero puso una pica en mi corazón infatil, y a estas alturas no cambio. El caso es que me reprimo y me vuelvo a casa de mala leche y la pago con los míos, pero si yo sacara mi verdadero yo, comería bollos falsos hasta reventar, me revolcaría en una camioneta de esas de la marca Bollaca. Yo pertenezco a la peor especie, a ese tipo de mujer obsesionada por cuatro kilos sobrantes, y no, hay que tener valor: o se es definitivamente flaca o se es gorda con todas las de la ley. Si fuera valiente sería una gorda orgullosa, una gordi cachonda, me apuntaría por Internet a la asociación que defiende a los gordos en Estados Unidos, una Asociación de Gordos Sin Fronteras. No como ahora, que pertenezco a la Asociación de las Tontas del Pareo, en la que se meten mujeres de todas las tendencias, desde Ana Botella hasta las Azúcar Moreno (y todo lo que quepa entre esos dos puntos lejanos), todas escondiendo el vergonzoso michelín con un trapo absurdo. Desde hace tiempo, en calidad de socióloga aficionada, he observado que los hombres abandonan a las mujeres que andamos con el régimen y esas bobadas, pero un hombre que se une a un pedazo de gorda, ese hombre no abandona a su gorda en la vida. Miren a su alrededor, enseguida se distingue a una gorda feliz, siempre lleva a su lado a un hombre delgadillo. Nuestro espíritu miserable piensa: “¿Qué hará ese pobre hombre con esa cacho gorda”?, pero si seguimos observando veremos que el tipo bebe los vientos por ella. Las gordas tienen un misterio que sólo conoce aquel que las disfruta, misterio que aspiro desvelar si la estancia en este pueblo se prolonga. No le doy más vueltas: me compro el bollo.
_________________ "Todo fracaso es condimento que da sabor al éxito" – Truman Capote
|
|