Legado del Conde Paris: la Justicia se define el viernesEn el marco del juicio en el que llevan doce años, el príncipe Jacques d'Orléans y su hermana la princesa Hélène d'Orléans, exigen la restitución de los bienes entregados por su padre a la Fundación St. Louis.
Lo harán el viernes. Los príncipes de Orléans, que se sienten agraviados por su herencia, van a recuperar los bienes legados por su padre, el conde de París, a la Fundación Saint-Louis, reconocida organización de beneficio público, asegurándose así su gestión.
Entre los tesoros en litigio se encuentran el codiciado Château d'Amboise, la Capilla Real de Dreux y 70 dibujos realizados por Luis XIV a la edad de 7 años. "Se trata de joyas que duermen en un lugar seguro y cuyo valor se estimó en 50 millones de euros", lamentó la primavera pasada Olivier Baratelli, defensor de los dos herederos, en las columnas de Le Figaro.
Según él, el conde de París quería malgastar su fortuna para no dejar nada a sus nueve hijos. "Él tenía tal visión de sí mismo que se consieraba el único pretendiente al trono de Francia", continuó el Sr. Baratelli. El abogado considera que, en virtud de las normas del Código Civil, el 75% de los activos debe ser devuelto a los herederos. Por su parte el Sr. Thomas Rouhette, defensor de la Fundación St. Louis, sostiene que el conde de París no ha hecho nada malo. "Lo que hizo, legalmente es irreprochable", aseguró el 16 de mayo ante la Sala Segunda Civil del Tribunal de Gran Instancia de París.
En la audiencia, la Fundación ha expresado su voluntad de restituir a los herederos los bienes muebles que habían recibido en donación del conde de París en 1976. Acerca de castillos y capillas, el conflicto se mantiene vivo, la Fundación sostiene que las propiedades no tenían nada que ver con la sucesión de la persona fallecida. "El valor de mercado de estos activos es nulo. Ellos sólo tienen valor histórico ", afirmó el Sr. Rouhette.
Si tienen éxito, Jacques y Hélène d'Orléans planean exponer los diseños de Louis XIV en el castillo de Amboise, transfromándolo en un museo de los reyes de Francia.
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