A pesar de que la evidencia pueda sugerir lo contrario, en la muerte de Overbury pesó más su fronta oposición al inminente divorcio seguido de boda con Lord Somerset de Lady Frances Howard, ya hemos puntualizado que sus razones estaban mayormente basada en sus celos y pánico a verse pronta sino definitivamente reemplazado por otra persona en el afecto y la consideración de Kerr. Los celos, no me cansaré de decirlo, son pésimos consejeros, Sir Thomas llegó a decir que (...)
"desconfiaba de cualquier colega en el favor de mi señor de Somerset",. Sumémosle que a todo lo anterior se añadía su claro rechazo contra toda la familia Howard, a quienes declaró su odio y oposición.
Sir Francis Bacon, Barón Verulam y Vizconde de Saint-Albans (1561-1626); litografía de época probablemente realizada en 1618.
Por si alguien lo dudaba ya, no, el deceso de Sir Thomas Overbury no se debió de forma alguna a causas naturales. Sir Francis Bacon, Lord Verulam y Vizconde de Saint-Albans, que en aquellos días se hallaba en la posición de Procurador General, comentó a quién quisiera oírlo que Overbury había sido conducido a la muerte de forma segura, se le había suministrado veneno tras veneno; primero habría sido realgar, luego arsénico y finalmente sublimado con mercurio. Los detalles se hicieron públicos en 1615, el tema escaló lo suficientemente algo para que el 13 de octubre del mismo año se ordenara una investigación completa bajo la batuta del Presidente de la Corte Suprema, Sir Edward Coke, magistrado.
Sir Edward Coke (1552-1634), Presidente de la Corte Suprema de Justicia de Inglaterra.
La suerte de Lord y Lady Somerset estaba echada. El 17 de octubre, Robert Kerr, 1er Conde de Somerset y esposa, Lady Frances Kerr
née Howard, fueron puestos bajo arresto domiciliario. El rey Jacobo I nombró una comisión compuesta por tres pro-hombres para que investigaran los hechos. No cabía duda alguna que la rapidez con que operó dicha comisión fue paralela a la forma en que decayó la relación del Rey con los condes de Somerset y el distanciamiento de la Corona de tales sucesos deshonrosos. Las cada vez más desesperadas peticiones de Kerr para que se diera
"carpetazo" a la investigación al igual que sus (infundadas) quejas contra la composición de la comisión investigadora cayeron en saco roto. De nada le sirvió tampoco sus amenazas de que Corona sufriría al perder el apoyo de la muy influyente familia Howard si la investigación continuaba.
No había vuelta atrás, el Rey lo sabía, era su obligación llegar hasta el final; Sir Thomas Overbury había sido apresado por órdenes directas suyas, Su Majestad hizo responsable al Estado de su cuidado en aquel solemne acto, por lo que la responsabilidad del Estado en salvaguardar a un preso forzaba, faltaba más, una investigación que permitiera dilucidar las circunstancias en las que el preso fue muerto, y aclarase, obviamente, quienes eran los responsables de dicha muerte.
No hace falta aclarar que esta perfecta charada era el fin de la carrera en la corte de Lord Somerset. Su estrella se apagaba... definitivamente.
Pero la situación de los Somerset no era la única complicada, otras tres personas se hallaban en dificultades y habían sido arrestadas e interrogadas en relación con el "Caso Overbury":
- Sir Gervase Elwes, guardián de La Torre de Londres.
- Richard Weston, asistente del guardián;
- Y una tal Mrs. Turner, que era una íntima relación (no una amiga pero sí lo que en inglés se conoce como "acquaintance") de la Condesa de Somerset.
Los tres personajes citados anteriormente habían sido sospechosamente confirmados en sus cargos poco antes de que Overbury fuese arrestado y encarcelado en la Torre. Los tres también terminarían por confesar su implicación directa en el homicidio, bajo tortura claro, por lo que fueron ahorcados a principios del mes de noviembre de 1615.
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"Ma fin est mon commencement,
et mon commencement ma fin".