Amalasunta también es conocida como Amalasuntha, Amalasuentha, Amalaswintha o Amalasuintha (c. 495 - f. 535)
Para conocer la vida, obra y trágica muerte de esta mujer contamos con tres fuentes:
las cartas de Casiodoro, primer ministro y asesor literario de la dama; la
Historia Gótica de Jordanes (una versión resumida de un libro perdido obra del mismo Casiodoro) y las
Historias de Procopio. También es mencionada por Gregorio de Tours pero ya escribe cincuenta años después de la muerte de la reina. Evidentemente, las dos primeras fuentes son más fiables y directas, pero en cierto sentido más llenas de adulaciones, mientras que Procopio tiende a insisitir en el carácter manipulador y artero de nuestra protagonista
Era hija de Teodorico el Grande, rey de los Ostrogodos, y de Audofleda, hermana de Clodoveo I, rey de los Francos, así que de pedigrí real iba sobrada. Este matrimonio fue el primero de una serie de inteligentes estrategias del propio Teodorico, que más tarde casó a sus hijas con los reyes de los burgundios, los vándalos y los visigodos, aliándose con todos los grandes reinos bárbaros de Occidente. Audofleda llegó pagana a su boda y hubo de convertirse al arrianismo a toda velocidad
El caso es que Teodorico ya era un rey bárbaro totalmente romanizado. Su padre Teodomiro había estado al servicio del mismísimo Atila, pero cuando éste murió y los hunos fueron derrotados, decidió asentarse con su familia en Panonia bajo la autoridad del emperador Marciano. Es por estas fechas, año 462, que Teodorico es enviado por su padre a Constantinopla, con ocho años de edad, en calidad de rehén (una costumbre muy romana, así la siguiente generación se educa según los valores del Imperio mientras que sus padres no se atreven a rebelarse por el qué va a ser de sus vástagos) Teodorico por tanto recibió una educación basada en la cultura grecolatina, favoreció el desarrollo de la agricultura y del comercio tras su proclamación como rey de Italia en el 494, hizo de Rávena, su capital, un destacado centro artístico y cultural fomentando el cultivo de las artes y las letras y permitió la coexistencia del catolicismo y del arrianismo durante la mayor parte de su reinado.
En general, un tipo majo, conciliador, pero bien capaz de apuñalar a su rival Odoacro y de cantarle las cuarenta a su, en teoría, señor el emperador si eso convenía a Italia. En mi opinión, justo y bien merecido fue el sobrenombre de Grande que le endilgaron. Aquí lo tenéis en una moneda...
Amalasunta nació justo después de que su padre fuese reconocido
rex Italiam por el emperador de Oriente Anastasio y creció en la muy refinada corte de Rávena, que su padre hizo digna heredera del mundo romano, con lo que la chica hablaba latín, griego y godo con fluidez, entendía de leyes y administración del Estado y tenía buen gusto y mucho ojo para las expresiones artísticas. Una joya de princesa
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.