Tanja escribió:
. La explicación para la falta de seguridad que dan algunos historiadores es que simplemente al Hof vienés no le cabía en la cabeza que a "alguien" se le ocurriese atentar contra un miembro de la familia imperial. El emperador FJ se paseaba por Viena sin ningún tipo de seguridad también cuando iba a dar sus paseos o caminatas. Era una especie de percepción "cuasi divina" de la figura del emperador y de su familia, incluyendo el heredero.
Me parece una forma de verlo...pero no lo encuentro muy plausible. A fín de cuentas, en el Hof vienés debían tener al menos cierta memoria histórica. En 1853, montones de años antes, el sastre húngaro János Libényi había atentado contra Franz Joseph en pleno corazón de Viena. Franz salió indemne, pero el episodio Libényi traumatizó durante años a la archiduquesa Sophie. Es probable que, con el paso de las décadas, en el Hof hubiesen llegado a la conclusión de que tanto tiempo en el trono Habsburgo habían convertido a Franz Joseph en un venerable patriarca al que nadie íba siquiera a toserle en plena Viena. Pero el Hof tenía cierta tendencia a distinguir entre la muy refinada Viena y rincones menos sosegados del imperio. Fuera de Viena, sólo veían una garantía de seguridad equiparable en la encantadora Bad Ischl. El resto del territorio estaba plagado de "amenazas". Y el extranjero también, porque parecía que se había puesto de
moda ser nihilista, anarquista o simplemente magnicida. El propio asesinato de Elisabeth había puesto eso de relieve...un asesinato tan inverosímil, en plena Suiza.
Abundando en este punto: Franz Joseph había estado en Bosnia...y durante su estancia se habían llevado al extremo las medidas de seguridad, lo que no había impedido que los paneslavistas preparasen nada menos que dos atentados, aunque al menos permitieron evitarlos. No había pasado mucho tiempo, era algo que estaba "fresco en la memoria" del Hof. Y ellos sabían que la situación en Bosnia se había deteriorado significativamente desde el momento de aquella visita de Franz Joseph. La tensión sociopolítica había ído in crescendo. Así que...me parece un poco traído por los pelos eso de que pensaban que sus Habsburgo eran intocables incluso en la agitada ciudad de Sarajevo.
La conversación de Franz Ferdinand con Karl que relataría a posteriori Zita refleja el sentimiento de fuerte aprensión del heredero del trono. En esa charla, se muestra convencido de que va al matadero. Hace poco, leí otras "anécdotas" que refuerzan esa impresión de peligro inminente. Por ejemplo: Franz Ferdinand y Sophie habían estado previamente en uno de sus castillos, Chlumetz, situado en la región checa de Hradec Králové; tenían intención de irse desde allí a Viena en coche, con la idea en mente de embarcarse cada uno en un tren distinto, pues Franz Ferdinand se dirigiría a su destino a través de Trieste (recuérdese que él tenía que llegar a tiempo para presenciar maniobras militares) y Sophie iría directa a Sarajevo pasando por Budapest. Pero el coche de Franz Ferdinand se averió, literalmente empezó a echar chispas y se quemó. El archiduque, en tono aparentemente jocoso, comentó:
"Este viaje arranca con prometedores presagios. El coche se quema y en Sarajevo nos tirarán bombas". Se arrepintió enseguida del comentario burlón, porque fue obvio que a Sophie no le hacía ninguna gracia, más bien al contrario. Horas después, ya en su vagón especial en ruta desde Viena a Trieste, Franz Ferdinand se encontró con que se quedaban sin electricidad y había que iluminarse con velas. Le preguntó a su secretario si aquella situación...dentro de un vagón casi oscuro, con la única luz leve y titilante de unas velas, no le producía la sensación de que les acababan de meter dentro de su tumba.
Son comentarios propios de un hombre con un estado de ánimo bastante lúgubre. Claro que él era el que se exponía, no la muy distinguida camarilla del Hof ni la camarilla que había acompañado a Franz Joseph a Bad Ischl para el habitual retiro veraniego del emperador. Pero por muy cínica que pudiese ser dicha camarilla, no creo que fuesen unos ingenuos. Tenían que darse cuenta de que la gira bosnia no tenía nada que ver con un paseíto por las montañas cantando a los blancos edelweiss. Los serbios y los paneslavos que poblaban Bosnia se tomaban esa gira del archiduque, asociada a las famosas maniobras, como una provocación, y las advertencias a Viena de que los elementos más radicales del movimiento estaban buscando la forma de atentar llegaron incluso desde la mismísima Belgrado.
A mí algo que siempre me ha perturbado bastante es esa frase que se supone que pronunció Franz Joseph cuando le informaron del doble asesinato en Sarajevo. No soy literal en la cita, pero era algo así como que Dios había querido que se restituyese un orden que él mismo no había logrado mantener; con eso se refería a que el problema para la sucesión al trono generado por la boda desigual del archiduque se había solventado de la mejor manera para su dinastía gracias al Altísimo. Es una frase que me hace pensar que habían adoptado una actitud un tanto de "wait and see" con ribetes de cierto fatalismo histórico. La gira era políticamente conveniente, porque se suponía que contribuiría a fortalecer la imagen de Austria-Hungría en la región, demostrando que estaban allí para quedarse y que no temían a nada ni a nadie. Por tanto, Franz Ferdinand, con su Sophie, tenía que ir y cumplir con esa tarea, propia del heredero del trono imperial. Si salía indemne, mejor que mejor. Si algo se torcía, en el peor de los casos, tampoco íba a ser la desaparición de Franz Ferdinand el peor trago para los Habsburgo. A fín de cuentas, Franz Ferdinand había trastocado el orden establecido al casarse por debajo de su rango, excluyendo a sus futuros hijos de la línea de sucesión. No pasaba nada si desaparecía, también había desaparecido en circunstancias altamente dramáticas y bochornosas su primo Rodolfo, el único hijo varón de Franz Joseph, y la centenaria dinastía seguía adelante...