Joaquin escribió:
Lo que me da "pena" es que los Urdangarin-Borbón jamás podrán volver a salir en la foto, no por ellos, por supuesto, que se lo han buscado solitos... si no por la institución que representan, por la familia. Una lástima, como la ambición y la avaricia pueden hundir a una familia hasta el punto de condenar a una de sus ramas al ostracismo público total.
Ese es el peaje definitivo de toda la crisis final del reinado de Juan Carlos I. Todo lo demás tiene remedio, todo lo demás lo puede perdonar el público, pero haber robado y aprovechado la posición oficial para ello eso no se olvidará ni se perdonará.
Fíjate que siempre he pensado, que aunque el temita de la princesa alemana a Sofía le tuvo que escocer, el verdadero y serio conflicto entre ellos, podría estar motivado precisamente por el temita Urdangarín (más cargos a la lista de desmanes cometidos por ese matrimonio).
Lo que hicieron o no hicieron JC y Sofía como padres y abuelos, como sobrellevó cada uno el tema antes y después de que Iñaki hiciera lo que ya todos sabemos, seguro que trajo más de un reproche. Quizás Sofía actuó más desde el lado de los sentimientos (creo que es evidente), pero Juan Carlos, desde su papel institucional, lo tenía más difícil, tuvo que mostrarse tajante y tomarlo todo directamente como una traición. Eso ya es un choque importante para unos padres, que podrían haber afrontado el problema unidos, enfocados en un mismo interés, sin necesidad de mandar a la hija, al yerno y a los nietos fuera, pero claro no hay que olvidar quienes son y qué representan.
El Rey JC parecía desquiciado, con un carácter desagradable con todo el mundo, amargado y cabreado. Es verdad que se le juntaron muchas cosas, algunas se las buscó el solo, pero se encontró con problemas de salud, el escándalo de hacerse público que mantenía una relación con una señora, el descrédito que sufrió por algunos errores cometidos en plena crisis económica, política y social y para terminar la caída de caretas de un yerno y una hija que han tenido una conducta totalmente despreciable. Al final, no podían salir indemnes de esa situación y esa sumatoria de cosas.
Pero ahora ya, que todo está a punto de terminar y que quizás esté por llegar lo peor para Urdangarín y esos cuatro niños que no tienen la culpa de nada, para qué seguir echándole más leña al fuego.