alitojrm escribió:
No voy a continuar con esto Sabba, menos aún después de tu mensaje, que para mí es bastante decepcionante.
Tu libertad acaba donde empieza la mía, es la frase que se olvida siempre cuando se apela a la libertad de expresión, ya que te has metido tú en esos berenjenales, me gustaría saber si esa misma libertad de expresión a la que apelamos de una manera tan.... vulgar diría yo, sería la misma si la Reina o mejor dicho Pilar Urbano en su libro hubiera dicho que la mujer tiene que estar en casa cuidando al marido... Eso también hubiera sido libertad de expresión y no podríamos quejarnos ni ser "víctimas"? es una pregunta retórica...
Por mi parte acabo aquí el asunto bastante abatido en un principio con la Reina y un final con más gente, aunque por suerte siempre hay excepciones, gracias Minnie, Licorne y Jane
Pero, Alberto...piensa que las mujeres tampoco salimos bien paradas en ese libro
Por ejemplo, está esa negación tajante del feminismo como opción que hace la reina. A mí me duele, porque perpetúa la desvirtuación absoluta que se ha querido hacer desde hace décadas del concepto de "feminismo". A nivel general, la gente se ha quedado con la copla de que el feminismo es lo mismo que el machismo pero en sentido inverso. Y no es así, ni de lejos. Históricamente, el machismo ha sido la defensa de un determinado orden social en el que el hombre tenía preponderancia en virtud de su sexo: preponderancia legal a menudo, otras veces preponderancia en el plano real. Mientras que el feminismo surgió como un movimiento de conquista de un espacio público y privado que se nos negaba. Hoy en día en nuestras sociedades occidentales tenemos igualdad legal, por lo que el feminismo ya no consiste en luchar porque se nos reconozca derecho a la educación, derecho a la salud (hay países dónde muchos maridos DECIDEN que a sus esposos no las mire ni siquiera de lejos UN GINECÓLOGO, con lo cual si viene un parto complicado que no consigue resolver la comadrona a veces no titulada, la mujer acaba muriendo en el trance de dar a luz...), derecho a la educación (todavía hay niñas a las que se retira de la escuela a edad temprana para que se casen, sobre todo en ciertas etnias; todos lo sabemos), derecho de acceso al mercado laboral, derecho a gestionar nuestro patrimonio, etc.
Hoy en día, para mí, feminismo es luchar por la igualdad real. Es decir, porque no nos pongan un techo de cristal que siempre, por desgracia, va asociado a nuestra potencial capacidad reproductora. No he visto ninguna entrevista de trabajo en la que se le pregunte a un hombre si tiene planeado ser padre. En cambio, a las mujeres se nos pregunta si entra en nuestros planes a corto o medio plazo ser madres. Aunque las bajas maternales y las horas de lactancia están abonadas por el INSS, las empresas reaccionan, en general, con poca simpatía cuando avisas de que estás embarazada. Piensan: ostras, ésta a cogerse horas prenatales, baja médica en cuanto tenga incomodidades en su estado, baja maternal, luego horas de lactancia, después me pedirá reducción de jornada, seguro que le toca a ella llevar el niño al pediatra...menudo gol por la escuadra nos ha metido al preñarse. Las medidas de conciliación de vida laboral y familiar son para todos, hombres y mujeres, indistintamente. Pero, socialmente, todavía está asumido que nos toca a nosotras hacer uso de esos derechos. Los empresarios lo saben, todos sabemos echar cuentas.
¿No crees, Alberto, que como mujer sinceramente feminista (no, señores, ser feminista no consiste en ir quemando sujetadores en la plaza pública ni en ponerse borde por sistema frente a los varones...), me ha tenido que molestar, y mucho, la actitud de la reina de decir que como ya lo tenemos hecho todo, sólo nos falta que "nuestras diferencias" se plasmen en la ley? Primero, no la entiendo, no sé ni a qué se refiere. Segundo, pienso que vive sin enterarse de las dificultades que tenemos todas para ser mujeres trabajadoras sin renunciar a nuestra privacidad y sin que por no renunciar nos pasen la factura del famoso techo de cristal.
Claro que ha ofendido, Alberto. Ha ofendido a los homosexuales, a las mujeres, y, como señaló legris, al pobre cabo del ejército que está harto de permanecer en la base de Herat, a miles de kilómetros de su casa, de su familia, de sus seres queridos, de su entorno, porque le han dicho que cubre una misión honorable para España y de repente encuentra esas declaraciones de la reina repudiando nuestra presencia en Afganistán...
Cómo me enrollo...lo que quiero transmitir es que nadie niega la ofensa, Alberto. Bueno, sí, hay un porcentaje de población que la niega, pero la niega desde la cerrazón. Por desgracia, hay gente que se aferra a un sistema de ideas y/o creencias y nunca se toma la molestia de practicar ese maravilloso "vive y deja vivir" que constituye la base de la coexistencia social...