Hace una semanas que la prensa ya no echa la mierda encima de Carlos y Camila sino todo lo contrario. Algunos los alaban de forma tan obvia estos días del aniversario de la muerte de Diana que en los comentarios la gente está en plan "¿están intentando meternos a la futura reina por los ojos o qué?"

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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.

Creo que este es el documental. El material, los videos, las conversaciones, se corresponden con el que emitió Antena 3, de factura americana. No sé qué les sorprende tanto a los británicos, algo les tuvo que llegar en su momento, aunque su tv no lo emitiera.



Lo he vuelto a ver por encima. Con el paso de los años, me ha parecido todavía más niña, infeliz, frágil e inmadura de lo que me pareció en su momento. Prefiero quedarme con el recuerdo que evocan sus muchachos, en lugar de los cotilleos de alcoba vendidos por tunantes y personas que estaban a su servicio.

Me ha sorprendido William y para bien. Pertenecer a una Familia Real, no impide que puedas ser tajante respecto a las cosas que te parecen mal, que te asquean o que no perdonas. Lo de Diana y la prensa, la obsesión que tenían con ella, se fue de madre y en parte, en gran parte, fueron los causantes de su muerte, aunque le duela o le escandalice al sector y aunque ella, en cierto modo, en algún momento, echó más leña al fuego (sobre todo al inicio, tras su separación). Era una locura y William dice al respecto:

"En aquel momento, 20 años atrás, la gente hubiese estado completamente aturdida si hubiesen sabido lo que verdaderamente ocurría. Creo que era una industria que perdió su rumbo severamente, perdió su sentido de la decencia, perdió su perspectiva acerca de lo que era apropiado. Si eres la Princesa de Gales y eres madre, no creo que ser perseguida por 30 tipos en motocicletas, que te bloquean el camino, que te escupen, que te gritan, que se comportan muy mal para obtener una reacción tuya y que hacen llorar a una mujer en público para obtener sus fotografías... No creo que eso sea apropiado. Tristemente recuerdo que la mayor parte del tiempo en el que ella lloraba por algo, tenía que ver con la intromisión de la prensa. Harry y yo aprendimos una lección y es que nunca los debes dejar entrar demasiado, porque es muy difícil sacarlos después".

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Me pasa una cosa muy curiosa con Diana. En gran medida, su boda marcó un antes y después en mi memoria: recuerdo ser una chiquilla y contemplar embelesada aquellas fotos del anuncio de compromiso en el Hola primero y asistir a su boda después. Incluso el vestido fue..wowwww. El tiempo todo lo pone en su sitio y ahora me parece increíble haber alucinado por colorines con un vestido tan recargado y ampuloso, tan pimpollo. Pero, en su momento, fue...wowwww.

Diana, luego, me decepcionó en el sentido de que no me podía creer que ella hubiese sido en realidad tan cándida y tan inmadura. Poco a poco, llegó el deseo de entenderla, de buscar una dosis de empatía con ella. Ahora, a medida que transcurren los años, hay una mezcla de sensaciones. Pienso que Sabba lo ha descrito muy bien: a partir de aquella chica, que quizá había crecido con fuertes carencias afectivas derivadas del para ella traumático divorcio de sus padres y del modo en que padre y madre rehicieron sus vidas, se creó una figura icónica, los medios la encumbraron hasta un nivel que parecía imposible que fuese de carne y hueso y usase el retrete, las cosas alcanzaron un grado de intensidad tras su impactante divorcio del heredero del trono que se salió de madre, su último verano y su muerte provocaron una especie de shock colectivo. Es difícil "situarse" en relación a Diana. Pero una de las razones por las que yo me declaro fan de Kate es que me parece que la joven duquesa de Cambridge ha sabido posicionarse a sí misma en el tablero de la realeza, y muy concretamente en el de la realeza británica, evitando o tratando de minimizar al máximo el efecto Diana. No sé si Kate es más o menos lista: no la trato, no tengo ningún roce con ella. Pero me atrevería a suponer que es bastante lista, aunque abuse del efecto ahumado en las sombras de ojos. También es verdad que su Wills no parece ser una copia más joven del Carlos con el que se casó Diana.

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Pues, Sabbi, razón llevas, mucha. Pero cada uno de nosotros tenemos nuestro propio nivel de sensibilidad, a veces a despecho de nuestros orígenes, de nuestra clase social y de los usos y costumbres que se supone que se nos han inculcado cuando aún llevábamos pañales. Vamos, que no sé, porque yo a Diana no la he conocido ni la he saludado, pero cuando leí que ella y su hermano Charles pretendían incordiar, zaherir, ofender o ahuyentar a su madrastra Raine cantándole aquello de "Rain, rain, go away...", pensé: "estas criaturas no han encajado que sus padres se han divorciado y han rehecho sus vidas". También te digo (y no soy una experta en la materia...) que el divorcio de los Spencer había sido bastante desagradable, con la propia abuela materna poniendo a caldo verde a la hija que perdía la posición de condesa Spencer. La misma abuela materna, si no me engaña la memoria, no acababa "de ver" a su nieta Diana en el papel de princesa de Gales. Si tu abuela no te acaba de ver en ese papel, es para tomarlo en cuenta, creo yo.

Y luego está el temita de haberte visto sólo 13 veces antes de casarte
Lo dicho, visto con ojos de clase media suena a horror, pero te pones en su caso y para que te vas a ver más si ya está todo arreglado. SOBRA. Si aceptas esto, luego de qué te estás quejando.


Bueno, además de todo es que ahora también sabemos que Charles y Camilla son una historia de amor verdadera, de esas sólidas y que superan todos los problemas, y les tenían que haber dejado casarse desde el principio. Pero esto no viene ahora, es para comentar más adelante. Ahora estamos en Diana.

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Casarte con alguien a quien sólo has visto trece veces antes de la boda siempre es un error. Pero pienso que tanto Carlos como Diana lo sabían, vaya si lo sabían, pero no lograron ni uno ni otra reunir el coraje suficiente para anular esa boda que esperaba con ansia gran parte de la humanidad. En realidad, los dos me dan pena, porque en eso sí podemos ponernos en su piel.

Un momento, Carlos cuando se casó llevaba años sin tener un relación de amor con Camilla, se veían solo socialmente y Camilla era fiel a su marido, el cual al revés tenía un piso picadero en Londres donde invitaba a todas las amigas de su mujer. Carlos estaba muy prendido por Diana, digamos enamorado, e hizo de todo para complacerla y hacerla feliz. El problema está en la diferencia de edad, de intereses y de objetivos; y también en la falta de estabilidad afectiva por parte de Diana. El estrés de la vida de corte le provocó el recrudecer de los mismos episodios bulímicos a los pocos meses de casarse, y Carlos fue el primero en enterarse y en aconsejarle uno psiquiatra, al cual ella acudió muy pocas veces antes de dejarlo. ¿Por qué? Porque empezó a descubrir el efecto que producía en la gente y en la prensa y eso, por un lado, le subió muchísimo la autoestima pero por otro fue causa de todos sus males. Por ejemplo obligó Carlos a prescindir de casi todos sus colaboradores porque tenía celos de ellos, quería aislarle, no entendía el no estar siempre al centro de sus atenciones.
Se embriagó de su personaje, de la fama y empezó a llamar secretamente a los periodistas dando noticias, manipulándolas y vendiendo su personaje de santa y mártir. Carlos a su lado era el feo, el rancio, él que solo se fotografiaba con los hijos en los actos oficiales, ella era la madre guay con los cuales iban al parque de atracciones. A pesar de todo esto, del amor del pueblo y de la prensa, tenía contro el pobre Carlos un odio inexplicable, y pasó los últimos años de su vida vendiendo noticias falsas a la prensa para desacreditarlo.
Diana empezó su relación con James Hewitt en 1985, mientras Carlos no volvió a ver a Camilla hasta final de 1986, y en un principio la relación era solo amistosa. Camilla volvió a su vida llamada por Lady Hussey, Lady in waiting de Lilibet, que estaba muy preocupado por el estado de frustración en el cual él vivía.
Como todas las personas muy inseguras y con fuertes trastornos emocionales Diana empezó a vender su papel de mujer enamorada y abandonadas, a hacerse la víctima de la película etc. etc. y odiar a la pobre Camilla con todas sus fuerzas, olvidándose que fue la primera que puso los cuernos.
En fin, es una mujer que me da mucha pena porque es muy triste tener un interior tan complicado y convulso, tan poca estabilidad emocional y tantas rabia y tristeza dentro. Es una mujer que no ha podido apreciar casi ninguno de los placeres de la vida, o de los supuestos privilegios que su posición le ha aportado.

Estoy de acuerdo Andrea

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En mi humilde opinión (y no pretendo que nadie la comparta) Carlos SIGUE SIENDO el feo y el rancio, y Camilla, lo mismo. Son tal para cual.

Me alegra mucho que los hijos tengan tan buen recuerdo de su madre.