El Vestíbulo Superior: es un buen ejemplo de la arquitectura clasicista noruega. Con él, el arquitecto Hans Fredrik von Linstow consideró imprescindible impresionar al visitante a su llegada. La Escalera Principal lleva, a través de un rellano, al Vestíbulo Superior, donde se encuentran las salas de recepción. Por esta sala se accede al balcón del Palacio. El vestíbulo está rodeado de 20 columnas de mármol estucadas. De acuerdo con el diseño original de Linstow, las paredes son de un rosa pálido, con palmas pintadas y paneles color bermellón, mientras que las columnas son de un tono blanco cremoso. El techo artesonado es de color blanco. La escalera original fue sustituida durante la renovación de 1906-1907. Hoy en día las escaleras y el suelo están cubiertos por alfombras diseñadas especialmente.

La Sala del Consejo: el Rey preside el Consejo de Estado los viernes a las 11.00 horas. La Sala del Consejo original, se encontraba en la zona conocida como los Apartamentos del Rey, en el segundo piso. Bajo el reinado del Rey Haakon VII, se trasladó al primer piso y los arquitectos Carl y Jørgen Berner se encargaron de adaptar el antiguo Cuarto de Guardia de los Apartamentos de la Reina a su nueva función. En su antigua ubicación ahora se encuentra el despacho del Rey y la sala donde recibe audiencias. Con el paso del tiempo, el número de ministros del Gobierno ha ido aumentado. La sala se hizo demasiado pequeña, por lo que en la década de 1990 se decidió ampliarla mediante la eliminación de la pared que la separaba de la antecámara adyacente. Sin embargo, se decidió no extender el techo artesonado y mantener la separación de las dos habitaciones conservando el techo estrellado de la antecámara, diseñado por el arquitecto Arnstein Arneberg en los años 50. El trono del Rey fue diseñado por Linstow en la década de 1840. Tiene elementos neobarrocos y fue realizado en Suecia. La silla del Príncipe Heredero es de 1997. El resto de sillas, son originales de 1880 y fueron realizadas por el maestro Schrøder. Han sido restauradas y están tapizadas en crin azul. En los últimos años se han hecho reproducciones exactas de las sillas para dar cabida a todos los ministros. La mesa también fue realizada por Schrøder. Es de caoba cubana, y se ha ido ampiando con el paso del tiempo. La parte más antigua, se encuentra frente a los lugares que ocupan el Rey y el Príncipe Heredero. Durante el reinado del Rey Olav V, la sala estaba pintada de amarillo y las cortinas y tapicería eran rojas. En la restauración de la década de 1990 el aspecto fue modificado, y hoy en día está decorada en color azul, blanco y dorado, lo que subraya la naturaleza formal de la habitación.

La Sala de los pájaros: es una de las estancias más conocidas del Palacio Real, tanto por su decoración única como por ser la antecámara para aquellos que esperan una audiencia con el Rey. Johannes Flintoe fue el responsable de la decoración, que se completó en 1843. Ésta refleja las corrientes contemporáneas del Romanticismo nacional, la conciencia nacional emergente y el creciente interés por la naturaleza y la historia de Noruega. La habitación da al visitante la impresión de estar en un pabellón de jardín abierto. A través de esbeltos pilares entrelazados con lúpulo, el espectador contempla algunas de las más conocidas e impresionantes perspectivas noruegas: Gaustatoppen, Vøringsfossen, Vedalsfossen, Jutulen, Kringen, Myrhorn, Filefjell, Drivdalen, Vindhella y Feigum. Una rica variedad de 40 aves y seis mariposas, se posan alrededor del pabellón. Un águila de cola blanca asoma sobre el techo. El mobiliario, diseñado especialmente, se remonta a 1846. Es de roble, y consta de una consola, dos sofás y 12 sillas de estilo neorrenacentista. El sofá y las sillas tienen respaldos altos y están tapizados en felpa verde.

Una de las estancias por las que se accede a través de la Sala de los Pájaros, es el despacho y sala de audiencias de la Reina.

Este es el aspecto actual del despacho, que hoy en día ocupa la Reina Sonja.

El Comedor Familiar: tiene capacidad para 30 personas y se utiliza para cenas y almuerzos oficiales menos formales. En el momento en que Linstow estaba planificando la decoración de esta estancia, los frescos inspirados en los hallazgos de Pompeya y Herculano estaban de moda en Europa. El comedor oficial del rey danés en el Palacio de Christiansborg de Copenhague (1833) y el comedor privado de la familia del Zar en el Palacio de Invierno (1837), fueron decorados con este estilo. Las paredes y el techo del comedor fueron pintados por Peder Wergmann en 1841. Los muebles y candelabros fueron obsequiados al rey Olav V por amigos y organizaciones noruegas en 1963 en honor de su 60 cumpleaños. Las sillas son una copia de una original de Hepplewhite y ​​fueron realizadas en Oslo por el ebanista principal Lørup, que también realizó la mesa. Las lámparas fueron diseñadas por Jonas Hidle.

Parte de la colección de piezas de porcelana de palacio, realizadas en Copenhague, se muestran en el comedor. Dichas piezas reciben el nombre de "Flora Danica", en honor a un atlas botánico que se inició en 1761. Al concluirlo en 1883, contenía 3.240 ilustraciones pintadas a mano de todas las plantas silvestres conocidas y nativas de Escandinavia y el norte de Alemania. Las primeras piezas del servicio se realizaron hacia finales de la década de 1780, pero la colección completa, con 1.802 piezas, no se completó hasta 1803. Se dice que el Rey Christian VII de Dinamarca había concebido estas piezas como un regalo para la Emperatriz Catalina de Rusia, pero murió antes de que el servicio se hubiera completado. Dos de los platos exhibidos en el gabinete, son del servicio original. Con los años, la colección se ha ido completando con las herencias y los regalos recibidos por los miembros de la Familia Real.

El servicio de mesa de plata dorada de estilo imperio que se muestra en el aparador, es conocido como "la plata brasileña". Originalmente perteneció a Pedro I, el primer Emperador de Brasil. Pedro I estaba casado con Amélie de Leuchtenberg, la hermana de la Reina Josephine de Suecia. El servicio formaba parte de la herencia legada por Amélie a la Familia Real sueca. Fue realizado por el conocido orfebre francés Odiot, y consta de 13 piezas. El Palacio Real de Estocolmo conserva una colección más grande del mismo servicio.

El Gran Salón: antiguamente utilizado como sala de baile, hoy en día es utilizado para organizar banquetes y dónde el Rey rinde honores a sus invitados. La principal inspiración de Linstow para esta estancia, fue la sala de conciertos de Berlín, diseñada por el arquitecto Karl Friedrich Schinkel y construida en 1819-21, y el Palacio de Christiansborg de Copenhague, diseñado por Christian Frederik Hansen a principios de la década de 1830. El salón consta de dos pisos, lo que le proporciona una altura total de 10,7 metros y una superficie de 360 ​​metros cuadrados. El segundo piso está formado por una galería sostenida por 12 columnas de mármol de estuco blanco y 24 pilares de madera. El techo también es de madera para reducir la carga sobre las vigas. La ornamentación está hecha de papel maché dorado en lugar de yeso, ya que se consideraba que era menos peligroso para los bailarines, por si les caía encima. La sala contiene ocho grandes espejos, cuatro en cada pared longitudinal. Cada espejo se compone de cuatro espejos. El suelo es de parquet, pues Linstow consideraba inaudito bailar sobre tablones de madera. Muchas de las decoraciones fueron importadas de Berlín. Los capiteles y las columnas fueron moldeados en cinc por Geiss y los ornamentos dorados de papel maché fueron realizados en el taller de Carl Gropius.

El salón de baile estaba originalmente iluminado por cuatro grandes lámparas, cada una con 48 velas. La galería estaba iluminada por 20 candelabros, y ocho lámparas más pequeñas colgaban bajo ésta galería, frente a los espejos. Los candelabros se vendieron en una subasta en 1903 cuando la iluminación eléctrica fue instalada en palacio. Fueron sustituidos por luces en forma de rosetón que llevaban el monograma del rey Oscar II. En 2005 se instalaron lámparas y candelabros que imitaban a los originales vendidos en 1903. El mobiliario incluye siete sillas doradas de respaldo alto y bancos empotrados, todos tapizados en terciopelo rojo. Las sillas estaban destinadas al Rey Oscar I, a la Reina Josephine y a sus cinco hijos. El estilo es neobarroco, que contrasta con el estilo de la sala en su conjunto, que está fuertemente influenciado por el clasicismo. De los 10 ventanales también cuelgan pesadas cortinas de terciopelo rojo, confeccionadas con piezas originales de 1846, y decoradas con trenzado de seda dorada. Fueron realizadas por el alemán Heinrich Sommer, que se había establecido en Christiania (la actual Oslo) cuando el palacio estaba siendo amueblado, con la esperanza de ser comisionado para ese fin.

El Salón de Banquetes: en él se celebran las grandes cenas de gala estatales. Los banquetes siguen ciertas tradiciones. La realeza y sus invitados entran por el pasillo con las notas de "Gammel Jægermars" ("La Marcha del Viejo Cazador") del compositor noruego Chr. Schjølberg. Los discursos del Rey y sus invitados se anuncian con el repique de una gran campana de bronce, un regalo del cuerpo de bomberos de Oslo al Rey Haakon VII por su 80º cumpleaños en 1952. Las veladas, por lo general, duran 3 horas y la procesión real sale del salón a la melodía de Valdresmarsjen ("La marcha de Valdres"), del compositor noruego Johannes Hanssen.

El salón mide 300 metros cuadrados y tiene un alto de 5,7 metros. Con el fin de producir un efecto espléndido a bajo coste, el artista Peder Wergmann fue encargado de decorar la sala también siguiendo el estilo Pompeya. La decoración del Salón de Banquetes es ligera y elegante. La pared y el techo están adornados con rosetones, vides y palmetas. Las paredes también cuentan con una serie de dioses y diosas griegas. Los suelos de parquet son de roble, que sustituyen a los tablones de madera originales. La estancia originalmente estaba iluminada por ocho candelabros de cristal, pero éstos fueron desmantelados y vendidos en una subasta en 1903. Desde entonces los candelabros eléctricos ocupan su lugar. Durante los trabajos de restauración realizados en los años 90, las lámparas eléctricas del rey Oscar II, fueron descubiertas guardadas en cajas en los desvanes de palacio. Éstos fueron restaurados y devueltos a sus lugares originales, y adornados con guirnaldas de vidrio que los unen entre si.

El Salón de Banquetes tiene capacidad para 225 personas. La cristalería es de Hadeland Glassverk. El servicio de mesa fue realizado especialmente por Porsgrünn Porselensfabrikk. Fue un regalo para los Reyes para su 60º cumpleaños en 1997, y es una réplica que reproduce los detalles de las decoraciones del techo. La plata fue fundida por Tostrup y Thune en Christiania a principio de la década de 1860. La ropa que viste la mesa es de damasco irlandés y está tejida siguiendo un patrón basado en las decoraciones de la sala. Fue utilizada por primera vez para la visita de Estado del Rey de Jordania en abril de 2000. La mesa está dominada por altos candelabros de plata dorada, cada uno con cuatro velas. Éstos fueron regalo del Storting (Asamblea General) al Rey Haakon VII y al Rey Olav V por sus 80º y 60º cumpleaños y por el décimo aniversario de su reinado, en 1967. La cristalería, la plata, la vajilla y las decoraciones de la mesa reflejan la historia de la Monarquía noruega. Son regalos que conmemoran cumpleaños reales, aniversarios y otros acontecimientos especiales. Por ejemplo, la primera vez que la Reina Maud celebró su cumpleaños en Noruega, el 26 de noviembre de 1905, las asociaciones de mujeres de todo el país enviaron sus centros de mesa de plata, cuencos y otros objetos. La Reina Maud también recibió un servicio de mesa completo del pueblo británico en su coronación en 1906. Se compone de platos de plata y plata dorada, bandejas, cubiertos, saleros, candelabros y copias del vaso de Warwick (una urna romana encontrada durante la excavación de la villa de Adriano en Italia en 1770).

Habitación del Rey Haakon VII: en ella duermen los mandatarios que son recibidos por los Reyes. Fue cedida por el Rey Haakon a Sir Winston Churchill cuando visitó Noruega tras la Segunda Guerra Mundial.

La Capilla Real: el altar de la capilla fue erigido sobre la primera piedra del Palacio Real. La piedra fue ceremoniosamente colocada por el Rey Carlos XIV Juan el 1 de octubre de 1825, y la paleta de albañil usada para tal fin, se exhibe en el vestíbulo superior. La capilla no se terminó hasta finales de 1844.

Hans Fredrik von Linstow, arquitecto de palacio, diseñó en Berlín la nave y el coro en 1837. La Capilla Real tiene pasillos laterales con galerías sujetas por seis pilares a cada lado. El coro termina en un ábside, y la pared detrás del altar está hecha de mármol de estuco rosado. El órgano se encuentra en la galería de arriba. El altar también es de mármol de estuco blanco. La cruz dorada que lo preside, está flanqueada por figuras de mármol de los apóstoles Pedro y Pablo, realizadas por Olav Glosimodt. El púlpito es blanco y dorado. Los pilares, las galerías y el techo son de madera, y son precursores de la arquitectura de madera que iba a ser popular durante la segunda mitad del siglo XIX. El pintoresco techo fue pintado por Peder Wergmann en 1843.

En el mismo centro de la capital se encuentra el Palacio Real de Ámsterdam, el lugar en el que se celebran las recepciones oficiales de la monarquía holandesa. El palacio es el edificio más grande y prestigioso de la conocida como Edad de Oro, por lo que es uno de los monumentos más importantes de los Países Bajos. De estilo clasicista, está situado frente a la Plaza Dam y el monumento que honra a los caídos por la guerra. En uno de sus laterales queda la "Nieuwe Kerk" o Iglesia Nueva. Originalmente fue construido, no como un palacio, sino como el Ayuntamiento de la ciudad. El arquitecto Jan van Campen diseñó un edificio que reflejaba el poder y la riqueza de Ámsterdam en el siglo XVII. En el Salón del Ciudadano y las galerías de mármol, el corazón del edificio, se sigue percibiendo la grandeza de la Edad de Oro. Sigue viva en sus esculturas y pinturas de famosos artistas, como los discípulos de Rembrandt, Govert Flinck y Ferdinand Bol, que cuentan la historia de Ámsterdam como si fuera el centro del universo.

Su origen está pues en el S. XVII, cuando Ámsterdam se convirtió en la ciudad más importante de Europa. El comercio en alta mar hizo a la ciudad increíblemente rica y, en medio siglo, la población de la ciudad creció hasta cinco veces su tamaño. Se necesitaba un nuevo gran ayuntamiento para subrayar el poder de esta metrópoli. Así el 28 de octubre de 1648, el hijo del alcalde De Graeff colocó la primera piedra del nuevo ayuntamiento, que sería terminado en 1655. El Tratado de Munster se había firmado poco antes de su construcción, poniendo fin a la Guerra de los 80 años entre la República holandesa y España, y el arquitecto Jacob van Campen, en parte, concibió el diseño del edificio como un monumento a este importante acontecimiento. Por ello dispuso que la estatua de bronce de la Paz ocupara un lugar de honor en la fachada del edificio. La paz se representa en esa estatua como una mujer sosteniendo en sus manos una rama de olivo y un bastón de Mercurio. El mensaje es claro: en Amsterdam, la paz y el comercio van de la mano.

Jacob van Campen se inspiró en el Ayuntamiento de Amberes. Quería construir un nuevo capitolio para los burgomaestres de Ámsterdam que se consideraban a sí mismos cónsules de la nueva Roma del Norte. Se afirmó que el nuevo ayuntamiento era el edificio administrativo más grande de Europa. De hecho, algunos viajeros describieron el edificio como demasiado grande para la ciudad.

En la parte trasera del edificio hay una estatua de Atlas de 6 metros de altura que lleva el Globo sobre sus hombros. Simboliza el alcance mundial del comercio e intereses holandeses en el S. XVII. En la parte superior del palacio, hay una gran cúpula abovedada coronada por una veleta en forma de barco. Éste es un símbolo de la ciudad. También en la cúpula se encuentra el famoso carillón de François y Pieter Hemony original de 1664. En 1965 fue restaurado, conservando tan solo 9 campanas de las originales. Se encargaron 38 nuevas campanas, realizadas por Eijsbouts y las viejas, corroídas por el paso del tiempo, se conservan dentro de palacio.

El 20 de abril de 1808, Louis Bonaparte hizo su entrada triunfal en Ámsterdam. Su hermano, el Emperador Napoleón, lo había convertido en Rey de Holanda para aumentar la influencia francesa. El nuevo rey encontró tan solo un edificio acorde para ser su hogar en los Países Bajos: el Ayuntamiento de Ámsterdam. Para ello transformó el edificio en un palacio, se colocaron gruesas alfombras en los suelos de las frías oficinas y galerías y las paredes fueron adornadas con coloridas telas. Las bodegas empezaron a atesorar botellas de vino y en el centro de la fachada del primer piso, se construyó un balcón. La mayor parte de la conversión interior fue la compra de muebles nuevos. Cientos de sillas, mesas, armarios, camas y candelabros estilo Imperio traídos desde París y Ámsterdam. Este mobiliario histórico ha sido restaurado y todavía está en uso.

Después de que Napoleón Bonaparte fuese derrotado en 1813 y los franceses se retirasen de los Países Bajos, el último Príncipe de Orange regresó al país. Federico Guillermo de Oranje-Nassau, hijo del regente Guillermo V, vivió exiliado durante años en Inglaterra. En el momento en que puso los pies en las costas holandesas, viajó hasta Ámsterdam y fue proclamado Príncipe Soberano en este mismo palacio. Dos años después, fue proclamado en Bruselas como Guillermo I, Rey de los Países Bajos.

El Ayuntamiento de Ámsterdam entonces le ofreció a Guillermo I el uso de su antigua sede, el antiguo consistorio, ya que después de todo, había sido amueblado como un palacio por Bonaparte. En esos primeros años, Guillermo residió con frecuencia en él y en la capital, como dan muestras eventos tales como la visita del Zar Alejandro I de Rusia. Más tarde, solo residiría allí unos días al año, un patrón seguido en gran medida por los posteriores monarcas de la Casa de Orange. En 1934, la ciudad de Amsterdam vendió el Palacio Real al Estado holandés, que desde entonces lo puso a disposición del Jefe del Estado.