No le busquemos ahora sentido a las decisiones o pensamientos de Henrik, pero más o menos es lo que quería él, lo que expresó que quería, lo que ha asegurado Federico que no era fruto de la demencia. Una despedida por parte de sus amigos y personas cercanas, sin grandes honores y a correr. No tengo nada que objetar, menos si era su deseo, debe ser respetado como parece que ha sido.
Cierto es que ya no era Príncipe Consorte, dejó de serlo tras su retirada para pasar a tener el mísmo título y tratamiento que su hijo Joaquín, pero precisamente eso hacía impepinable que el pueblo tuviera la oportunidad de despedirse de él, nada más hubiese faltado. Hay un deber, una obligación en las monarquías para con el pueblo, hasta para marcharse de este mundo. Que los daneses no tuvieran la oportunidad de desfilar ante su féretro, hubiese estado feo, más cuando en Dinamarca siempre se han despedido de los miembros de su monarquía e incluso de los primeros ministros. La intimidad creo que la han medido en cuanto a los asistentes al funeral de hoy. Ha sido una ceremonia muy pequeña, nada que ver con el ceremonial habitual, o al menos el dispuesto para el entierro de la Reina Ingrid. De hecho lo de hoy, representa tan solo el primero de los actos en los tradicionales funerales daneses. Se celebraba una pequeña ceremonia en esta iglesia dónde se había velado el féretro durante días, para conducirlo en procesión hasta la estación de tren y luego marchar a Roskilde para celebrar, ya sí, el gran funeral y el entierro.
Ya está, han intentado casar la tradición con la última voluntad de Henrik. En mi opinión, merecía más, incluso darle la oportunidad de despedirse a todos esos royals que asistieron durante años a sus cumpleaños y celebraciones reales. Todo queda un poco frío, un poco cojo, pero quizás eso era lo que tenía en mente él mismo, lo que creía que merecía, como el hecho de no ser enterrado en Roskilde. Hay que respetarlo y comprenderlo, nada más. Seguramente la primera que hubiese querido otro tipo de despedida es la propia Margarita, pero ha tenido un gesto precioso al cumplir los deseos de su marido.
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