Las decisiones que tomaba el Rey Juan Carlos afectaban a la Reina Sofía cuando él era el monarca reinante y ella la consorte. El Rey Felipe no le dio estatus de consorte a su madre. La Reina Sofía ahora mismo, y hasta el día que falte, tiene el título de Reina por si misma. Ni un divorcio le despojaría de su título.
Teniendo en cuenta que el Rey Juan Carlos apenas tenía actos oficiales o agenda propia, no afectará mucho al desempeño y organización de actividades de la Familia Real. El pasado verano el Gobierno le privó de la representación en las tomas de posesión de los presidentes iberoamericanos tras el Corinagate. Era una de sus principales labores. Obviamente se le echará en falta si decide aparecer menos en público. Aparecer en público nada tiene que ver con un desempeño oficial.
Si hay algún otro motivo o si se quiere especular sobre ello, tengo poca fe en este país que ha demostrado tener altas dosis de mala leche.
La movilidad del Rey Juan Carlos durante los últimos años se ha visto reducida considerablemente. Los 10 últimos años tampoco han sido agradables para él en cuanto a cuestiones sobre su proceder y/o desempeño como soberano y padre. Es normal que esté cansado y quiera apartarse, como han hecho otros de sus pares, los últimos los Emperadores de Japón (si no entendí mal el comunicado que emitieron). Hasta ahí es todo normal.
A la Infanta Elena se sigue recurriendo en momentos puntuales para representar al Rey. Eso no significa que tenga que volver a
modificarse lo establecido por su padre y volver a ampliar la Familia Real. No ser miembro de la FR no supone que no haya una implicación institucional. Dentro de nada la Princesa de Asturias empezará a ejercer su rol público. Hay monarquías con menos o iguales miembros en activo (la holandesa por ejemplo) y continúan desarrollando su labor sin problemas.