A mi me sangra el alma con todo esto, de verdad que sí. La Monarquía no se puede identificar con una persona, pero lo hace con una familia, es por definición una institución familar-dinástica. Y aquí como familia estamos apañados.
¡Qué tiempos aquellos de familia
modelos después de la boda de las infantas y en los primeros tiempos de la boda de Felipe!¡Qué bien! Sufro enormemente al pensar en lo que hoy pudiera ser la Monarquía si todo lo que ha ocurrido con Juan Carlos no existiera ¿os lo podéis imaginar? Si en medio de toda esta debacle y crisis política hubieran sido el pilar, el cimiento inamovible que se espera de ellos, nuestros tataratataranietos hubieran celebrado por todo lo alto el 500 aniversario de la dinastía.
El consuelo que me queda es que cada vez más se siente que la idea de España está en peligro y hay que defenderla, cueste lo que cueste y a pesar de todo, perdonando todo. La Monarquía de Felipe VI está en esa idea de España y se cerrará filas para protegerla, por lo menos de momento y por un sector creciente de la sociedad. La pena es que muchos lo harán tapándose la nariz.
Y, si yo fuera republicano con mando en plaza, estaría preparando la siguiente andanada. Su objetivo: la Reina Sofía. Id contando los días, porque supongo que la cuenta atrás para el lanzamiento de mierda ya ha comenzado. ¿Hacemos una porra? Yo digo que para antes de que acabe el año.