El aderezo de brillantes con el que Daisy se engalanó, consiste en un collar con siete colgantes, broche en forma de ramo de flores y pendientes. Este aderezo forma parte de la colección de Joyas de la Corona que se guarda en el Castillo de Rosenborg.
La Reina Carolina Amalia con el aderezo en la coronación de Christian VIII, 1840La historia de las joyas de la Corona, hoy propiedad del Estado, comienza con la Reina Sofía Magdalena, mujer de Christian VI. Tras enviudar en 1746 redactó su testamento, en el que especificaba que sus joyas no debían ser entregadas a una persona concreta, sino que debían permanecer siempre "con la Corona". De este
modo, siempre habría magníficas piezas a disposición de la reina titular. Las joyas han sido utilizadas y rediseñadas en función de las exigencias de la época. Algunas reinas las han utilizado bastante y otras apenas.
En el Castillo de Rosenborg podemos encontrar cuatro aderezos: un conjunto de diamantes talla brillante, un conjunto de esmeraldas, un conjunto de perlas y rubíes y un conjunto de diamantes talla rosa. Sólo pueden ser utilizados por la Reina y únicamente dentro de las fronteras del país. Cuando las Joyas de la Corona no se utilizan, se guardan en la Cámara del Tesoro del sótano del Castillo de Rosenborg y en la "jaula de oro" del Museo de Amalienborg. Todos los aderezos deben su diseño actual a la Reina Carolina Amalia, mujer de Christian VIII. Ella ordenó adaptarlos al gusto de la primera mitad del S. XIX, aunque muchas de las gemas que los conforman son mucho más antiguas.
El collar que lució la Reina Margarita, contiene siete colgantes de dos procedencias distintas. El colgante más grande proviene de la Reina Sofía Magdalena, mientras que los seis más pequeños de la Reina Carolina Matilde. Los pendientes pertenecieron a la Reina Juliana María. El aderezo fue montado en 1840 por C.M. Weisshaupt bajo encargo de la Reina Carolina Amalia, consorte de Christian VIII. Lo lució por primera vez en la coronación de su marido.
La Reina LuisaLa Reina Luisa, consorte de Christian IX, fue la única que sacó el collar fuera de Dinamarca, pues lo lució en la boda de su nieto, el futuro Jorge V con María de Teck, en Inglaterra.