En esta España nuestra sale el Rey en el mensaje de navidad diciendo que sigamos el ejemplo de Jesus como hace la Reina cada año y arde Troya… Como bien dice son dos paises bien distintos, dos personas pertenecientes a dos generaciones completamente distintas e incluso dos roles diferentes, pues la Reina además de sus profundas convicciones religiosas es cabeza de la religión anglicana y como tal, también habla.

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Va más allá de la estética. Si nos ponemos a comparar ciñéndonos en ese aspecto, el discurso que Felipe realizó desde el Salón del Trono del Palacio Real, quizás, no tenga parangón con otro discurso de otro monarca.

El tema es que Felipe y la Corona de España necesitan un revulsivo para enfrentar todo lo que está sucediendo. No solo enfrentarlo, sino lograr enterrarlo en el pasado. Cuando algo planea sobre el discurso del Rey, sobre si va a hablar de su padre y de sus problemas judiciales y todas esas cosas que tan poco bien le hacen, es necesario desviar la atención hacia otro punto. No se puede consentir que el resumen de prensa que llegue sea que ha mencionado o no ha mencionado a este o aquel.

Los Windsor lo tienen tan, pero tan interiorizado, que para ellos es una constante, les sale natural. En una semana pueden salir todos y cada uno de los miembros de la FR a hacer algo para combatir la mala prensa o un documental de factura torticera, porque tienen detrás a un ambicioso equipo que no deja pasar ni una.

El discurso de la Queen se basa en repasar los hitos de su familia, en hablar de Jesús, leer un pasaje de la Biblia o en abogar por la importancia de la Navidad en la familia. Ya veis, cuando UK tiene una cantidad ingente de británicos que no son cristianos o directamente no son creyentes. Se sigue produciendo la rareza que un monarca, que debe serlo de todo su pueblo, sea Jefe de la Iglesia, pero eso un tema aparte. A lo que voy. Lo que sí han sabido hacer desde hace décadas, y de forma magistral, es hacer más acogedor un discurso que antes era frío y que sigue siendo repetitivo. Porque sí, Lilibet cuenta todos los años exactamente lo mismo y sin calado político alguno. ¿Y cómo lo han logrado? Trasladando a la Queen a multitud de escenarios, metiéndole un coro por aquí, unos niños por allá, haciendo participar en él a colectivos varios...

Este año, el revulsivo a tanta gilipollez de los Sussex, el escándalo en torno a la fundación de Carlos y a los tintes tan chungos que está tomando la amistad de Andrés con Epstein, han sido los Cambridge y el discurso de la Queen. Y en el discurso, lo único que han hecho ha sido plantar una foto de Lilibet con su Duque y ponerle a la Queen un broche de un crisantemo de zafiros que le regalaron por la botadura de un barco. ¿Y por qué? Porque saben perfectamente que lo que interesará al día siguiente no será si ha hablado sobre Quique, Andrés, Carlos o las fiestas de Downing Street. No. Lo que interesará, porque así lo ha decidido su equipo, será su recuerdo al Duque, con una foto que rememoró en su momento otra tomada en 1947, durante su luna de miel en Broadlands, luciendo exactamente el mismo broche. Un broche que, en esta ocasión, ella luce a la altura del hombro derecho (los de diario los suele lucir a la izquierda) como guardando la ausencia del marido fallecido. Es una cosa que uno tarda 5 minutos en pensar y en ejecutar, que no necesita que ella se muestre ni emotiva ni que deje de estar estoica, pero mirad el efecto que produce.

Yo pido, cada año, como pesada que soy, que se adelgace un poco el carácter político e institucional del discurso del Rey y se haga más hogareño, más personal, menos encorsetado. Y para hacerlo veo muy necesario trasladar el discurso al tema o la cuestión que haya protagonizado el año. Necesitan mostrar algo más, que toque fibras sensibles, que no se base en sentarse a escuchar a hablar a un señor como cuando vamos a misa. Se trata de hacer reflexionar, conmover o incluso alegrar con una imagen, un gesto o algo que quede para siempre en el anecdotario colectivo. Lo que siempre digo que son golpes de efecto.

Es tan simple como empezar por meter las imágenes que muestran al final, realmente preciosas y significativas, durante la emisión del discurso. Y a partir de ahí, seguir con otra cosa: el coro de una escolanía, un corte del concierto celebrado en el Real, la felicitación de un grupo que reúna a distintos colectivos que no dejan de trabajar en estas fechas...

Lo más apoteósico para mí, porque ya voy mucho más allá, habría sido meter la Plaza de España de los Llanos de Aridane y que fuesen los palmeros los que acabasen el discurso del Rey, celebrando que el maldito volcán ha finalizado su erupción, pero recordando que ellos siguen ahí y que hay mucho por hacer.

No demando palacios, escenarios opulentos o tronos dorados. Demando dinamismo para suscitar interés y decisión sobre lo que al día siguiente calará en el ciudadano y en la prensa.

Muy interesante, Clara.

Pero disiento respecto a lo que sugieres sobre La Palma. Por un lado, porque el discurso se grabó antes del fin oficial del volcán. Y por otro, porque si la gente del Valle de Aridane vuelve a sentirse utilizada, como ya les pasó cuando se plantaron allí los periodistas estrellas de las cadenas, se arma.

A mí me gustó mucho que Felipe arrancara con una mención a la isla y creo que va a cumplir su promesa de no permitir que se olvide el asunto, pero hasta ahí.

Efectivamente.

Aquí tiene que hablar como Jefe de Estado de un país aconfesional en Navidad.

Siento que hay españoles que no saben los reyes tan bien parados en tiempo y espacio que hasta duele y eso que desde hace más 200 años no tenemos "nada que ver" con la Madre Patria, he visto en Vanitatis comentarios horribles, parecen boots, siempre son los mismos diciendo siempre lo mismo: cosas feas de la monarquía española, pero sale Kate tocando piano y es lo máximo, sale Máxima y Guillermo con sus bajos índices de popularidad por no ser coherentes en pensamiento, palabra y obra y no hay ni un solo comentario, muchos periodistas españoles (como Peñafiel, Eyre, entre otros) esperando que la princesa de Asturias tenga el comportamiento de Alexia de los Países Bajos para echarle la culpa a Letizia, a la monarquía o a su supuesto lado republicano, es horrible, tenía que decirlo/escribirlo.

Si fuera española gritara VERDE.

Hay muchos, republicanos incluso, que no perdonan que la reina no sea de "sangre azul", otros diría que es envidia mal disimulada.

A la reina Letizia se le crítica absolutamente todo, si hace algo por hacerlo y si no lo hace, por no hacerlo. Y como bien dices, los mismos que aplauden a la princesa Alexia, a la reina Máxima y a otras reinas/princesas, atacarían sin piedad a la princesa Leonor y a su madre si hiciesen lo mismo que ellas.

Yo me pregunto cuántas de estas críticas despiadadas disfrazadas de opinión no existirían igualmente en una régimen republicano...

Mucho de lo que se dice para atacar a Letizia, por ejemplo, muestra una España machista y clasista. ¿Desaparecería? Lo dudo.

Siempre está de fondo lo mismo, el modelo de mujer que se tenga... Leo que en Francia la ultraderecha ataca a la señora Macron inventando que es transexual. También se dijeron barbaridades en esa línea de Michelle Obama, de Begoña Gómez o de la propia Letizia y sus brazos.

Y hay mucha hater iberoamericana... No sé si habéis reparado en ello. Cuentas de Instagram o comentarios en publicaciones varias. Yo he tenido que borrar gilipolleces varias de Youtube. Están obsesionadas con la altura de Letizia, cuando la criatura pensará que ese es el menor "defecto" que puedan encontarle. Una podría decirles que están malitas de la cabeza y aparte preguntarles, ¿qué os importará si no tenéis monarquías? Pero sí, hay grandes dosis de machismo y clasismo patrio que, obviamente, no sufren del mismo modo los hombres de la FR, y eso que hay tela que cortar.

En mi opinión hay una cosa espantosamente enferma que han traído las redes sociales, los estercoleros foriles o las cajas de comentarios de los medios digitales: la reproducción en masa de fanáticos.

Cuando apareció Matilde de Bélgica en escena, la cosa estaba muy tranquilita pero luego empezaron a proliferar las filias y las fobias hacia las nuevas consortes herederas. Una lucha espantosa entre fanátic@s de unas y fanátic@s de otras. Esas merdes que no tienen nada que ver con ser monárquico, sino con el fenómeno fan, enfermizo y pandillero, tanto si se trata de un royal como si se trata de los One Direction. Era tan cruenta, que para quien no se prodigase en aquella época, podría encontrar un símil en las luchas actuales entre los fans de los Sussex y de los Cambridge. Inventaban historias para no dormir. Era una cosa tenebrosísima, unas obsesiones dignas de diván de psiquiatra.

Si alguien te cae mal, pasa, haz como si no existiera.

Ah, y en los vídeos de los british... la cantidad de comentarios que llaman a mi Lilibet reptiliana o directamente ladrones, que devuelvan las joyas robadas en general y el Koh-i-Noor en particular. El hater no tiene fronteras.

Hay también un grupo social que le da por aborrecer a la monarquía en España pero tienen a la vez sueños húmedos cada vez que ven algo de la inglesa. Supongo que Netflix tiene mucho que ver en ello

En España ser hater es un negocio muy lucrativo, venden más las noticias con salseo del venenoso que las noticias buenas, interesa vender que Letizia se puso unos implantes simulando dos cuernos que Letizia visitando un hospital o dando visibilidad a las enfermedades raras, esas cosas producen eczemas en Vanitatis, Sálvame y similares.

Solamente vi en un programa como la presentadora paraba comentarios tóxicos con Letizia como protagonista, y fue Sonsoles Ónega.

Lo de que todo lo que Máxima (u otra) hace está fenomenal eso no es nada nuevo, si eso mismo lo hace Letizia le llueven sapos, culebras, relámpagos y de todo. Me pregunto que si se cambiaran los papeles y Máxima fuera la Reina de España se le permitiría incluso enseñar los empastes y las muelas del juicio.

En fins, nada nuevo bajo el sol.

Yo creo, por lo leído en esos sitios, que la mayoría de las criticas que se le hacen a los reyes Felipe y Letizia son de una tontería e inconsistencia tales que no tienen mas recorrido que el que le prestan cuatro descerebrad@s, en realidad son cuatro gatos que parecen mas porque están el día entero dale que te pego, tienen una dependencia brutal de Letizia y actúan como los acosadores de recreo de patio de colegio con quien osa disentir del pensamiento único de Letizia es mala, fea, bruja, bueno todo lo que se les pueda ocurrir, curiosamente como apunta Clara muchas son hispanoamericanas, que les interesa la vida de la reina obsesivamente, no he visto mas que tonturas e invenciones, ya digo nada con fundamento, nada que pueda tener ningún recorrido fuera del basurero, nadie, ni siquiera el republicano mas acérrimo, querría entrar en semejante mierda, encima es gente desinformada absolutamente y mal formada de entrada, no tienen ni idea ni de actos ni de motivos ni de protocolos ni de nada que no sea tirar hate, es a estas alturas bastante risible, realmente estúpido y aburrido.

Lo gracioso es que la gran mayoría de las críticas vienen de mujeres, muchas para encima tienen la hipocresía de definirse como feministas y llevar la cabeza bien alta sacando pecho, por eso el feminismo me asquea un montón, dejó de ser una lucha para convertirse en un negocio enorme.

Que si feminismo, que si empoderamiento, que si blah, blah, blah, una mujer normal y corriente con su vida de clase media, periodista en este caso porque fue lo que eligió estudiar, presentadora de un Telediario de máxima audiencia, que sabe lo que es ir a hacer la compra y gestionar su sueldo cada mes, odiada porque llegó a Reina de España con frases como "es que dio un braguetazo enorme", a la que se humilla llamándola "la nieta de un taxista", que para mí no es ninguna humillación sino lo contrario, Fictizia, Plastizia... y un montón de cosas. La han convertido en la diana perfecta de los haters, de los anti-monárquicos... porque es lucrativo para muchos medios, y gratis para quienes escondidos detrás de un apodo se sienten poderosos, han creado una mujer a la que en realidad no conocemos porque no nos permiten hacerlo y jamás desde Casa Real, que deberían haberla defendido de todos los ataques a capa y espada" nos han permitido conocerla con esas visitas a hospitales o a comedores sociales que sabemos que hace, sus reuniones con padres de niños con enfermedades raras y etc.

Y en cuanto a Felipe, pues ahora parece ser que es indignante que no haya dicho nada de su padre en el discurso de Nochebuena. En fin.