Pero por algo hay que empezar... Mejor poco a poco, que no parezca tanto gasto. Una reforma en 50 años, si se refiere a la monarquía, la ven como despilfarro... y no es nada. Cualquiera de nosotros ha cambiado la decoración si su casa es de fines de los 60 o primeros 70.
Yo he redecorado el despacho en mi cabeza muchas veces, desde que lo vi tanto en el confinamiento, y me puso mala verlo y leer las críticas. No lo veo complicado. No es un sitio histórico, pero la tradición y la continuidad me parece que aconsejan que no lo cambie. Yo me limitaría a
modificar el panelado, cambiar el color del roble natural por un gris, tal vez algo azulado, y retirar la mitad de los objetos decorativos que tiene. Los barcos de plata de D. JC, retirados, por supuesto. Y también el cuadro de Dalí, que podría sustituir por uno abstracto de Salvador Victoria que les regalaron por su boda desde la diputación de Teruel y ellos cedieron a PN. Con eso, le daría impulso de paso al museo que hay del artista en su pueblo, lo que no está mal y seguro que los turolenses agradecen. Me parece un cuadro luminoso, que encaja muy bien en los tonos y aporta un toque contemporáneo. Hasta el título le va: Un cap/El jefe.
Como ves, lo he pensado en detalle. Dejaría el escritorio de marquetería y la mayoría de muebles auxiliares. El retrato de Carlos III, que es depósito de El Prado, desde luego sí, muy bien elegido. Las cortinas tendrían que ser otras, pero le valen las mismas alfombras y visillos. El retrato de Alfonso XIII me lo llevaría al salón de Zarzuela, como retrato familiar, de pareja con el de su mujer.
Después, ya se sigue por los salones de Zarzuela y el comedor, que están pasadísimos de
moda, desde luego.