Y aquí estoy, "ready" para mi first Coronation...El resto de la realeza casi casi que no cuenta, porque hay que reconocer que los Windsor saben desplegar unos fastos inigualables en torno a las coronaciones. Bueno, fastos...y todo el pack asociado de merchandising. Hasta la reina Camilla en versión gnomo de jardin me ha enamorado, en esta ocasión. Supongo que más kitsch, imposible, pero es que tiene su punto ese espíritu que muestran en torno a cierta clase de eventos.
Tengo gran confianza en esta coronación. Todavía no sé si mañana madrugaré para preparar crumpets o scones de queso, pero he comprado una botella de cava para brindar por "mi" Camilla (sigo estimándola aunque no me hayan enviado una invitación al gran evento, la tengo más que merecida por mi confianza en su persona en la época en que era tremendamente controvertida).
Y vamos al tema. Comunico oficialmente que hoy y para siempre me rindo a los pies de Victoria Beckham. Victoria de mi vida, sin rencores por aquello de que España huele a ajo. Que igual, dear, sucedió que pasaste por delante de un restaurante muy muy castizo en el momento en que preparaban las tradicionales sopas de ajo que ya casi nadie sabemos preparar en casa y, claro, normal que te llevases esa impresión. Pero no pasa nada, de verdad, pelillos a la mar. Después del vestidazo de tu autoría que se ha marcado Letizia, no tengo nada ya que reprocharte y sí mucho que alabarte. Pocas veces he visto a la reina tan pero tan favorecida, ese vestido es una preciosidad que le luce muchísimo (y espero con ansia que Zara lo clone en alguna de sus diez millones de colecciones por temporada...).
El ranking de peores atavíos de momento me lo va encabezando Mette Marit, que yo no sé si los espejos han desaparecido de su vida porque es un traje feo con avaricia. Rania tampoco va nada a mi gusto, ese vestido en color chocolate no ha sido de mi agrado, pero, claro, tiene una percha que no tiene Mette Marit. Soy muy frívola en este momento coronación, lo sé, pero es que procede totalmente. Me encanta la cara de absoluto orgullo de Felipe de los belgas llevando consigo a su Elisabeth. Aún no he visto (acabo de ponerme a revisar) a Beatriz de Holanda introduciendo a su Amalia, que también tiene que ser un momento muy emotivo para la abuela. MariTere de Luxemburgo muy sobria, después del mono con enorme floripondio chal en verde intenso que se le ocurrió llevar a la boda provenzal de su Alexandra. Esta vez el mono llamativo le ha correspondido a Charlene de Mónaco.
Yo a Kate siempre la veo divina, es querencia lo mío, pero acabo de verla en una foto entre Jill Biden y Olena Zelenska y ese
modelazo azul klein que ha elegido subraya demasiado su delgadez, para mi gusto. Sé que una mujer nunca está demasiado delgada según dijo Coco Chanel, pero, uf, yo prefiero a Kate cuando la ropa no hace tan absolutamente evidente que está finísima, casi transparente. Eso sí: me parece guapísima y destacando mucho en un momento que seguramente es muy especial para Guillermo y para ella. Encima, la suerte de que no haya decidido aparecer por allí a dar el do sostenido nuestra Meg de Sussex.