Tras atravesar la Puerta de los Leones, la Familia Real llegará al Vestíbulo de la Reina. Debe su nombre a la estatua de Isabel II, que lo preside desde 1861. Fue realizada con mármol de Carrara por José Piquer Duart. Es una de las piezas más representativas de la escultura romántica.

La sala tiene forma elíptica y está decorada con estucos imitando mármoles de diversos colores. Además, cuenta con una bóveda de casetones de color blanco. En su centro se encuentra una claraboya rectangular, obra de Maumejean. En las paredes se encuentran 20 obras de destacados políticos del siglo XX y XXI.

A los pies de la estatua de la Reina, se ubica una mesa de madera maciza chapeada en caoba, palma de caoba y boj. La tradición cuenta que sobre ella se firmó la Constitución de 1812. La mesa aparece en el retrato de Lázaro de Dou y Bassols, primer Presidente de las Cortes de Cádiz, obra de Benlliure.



El suelo del Vestíbulo de la Reina es de mosaico veneciano. Queda al descubierto en contadas ocasiones, pues normalmente lo cubre una alfombra. Fue realizado por el maestro Elias Bex en 1849. Es de estilo neoclasicista y se encuentra claramente distribuido en tres partes: un gran rectángulo, que ocupa su parte central, y dos semicírculos en los extremos. Originalmente, contenía el escudo cuartelado de Castilla y León con sus colores y esmaltes y la cifra de Isabel II, pero éstos fueron dañados durante la II República. En el centro encontramos la fecha 1850, año en que fue terminado el edificio.

Contiguo al Vestíbulo de la Reina se encuentra el Salón de los Pasos Perdidos. Aquí será donde la Princesa de Asturias recibirá el saludo de las Mesas del Congreso y del Senado.

Este espacioso salón de paredes altas, tenía como función ser la sala de conferencias de los diputados y los miembros del gobierno. Está decorado con una imponente bóveda, obra de Vicente Camarón, que reproduce diversas alegorías: los cuatro Continentes, la Ley, la Justicia, la Religión y la Abundancia. En cada una de las cuatro esquinas de la bóveda, se encuentran cuatro inscripciones que mencionan momentos importantes de la Historia de las Cortes. Alrededor se encuentran 16 cuadros con alegorías de los Reinos, provincias y ríos españoles. Justo debajo de éstos, hay 28 medallones con los políticos más célebres del siglo XIX.



En las esquinas del salón hay cuatro bustos de mármol de Martínez de la Rosa, el Conde de Toreno, Mendizábal y Argüelles. Los cuatro están representados a la romana. Es de destacar también un magnífico bajorrelieve de Mariano Benlliure dedicado a Emilio Castelar, situado sobre la puerta de acceso al Vestíbulo de la Reina.

El centro del Salón de los Pasos Perdidos está decorado con una mesa de madera estilo imperio, con adornos de bronce y nácar y un tablero de ágata. Cuenta la tradición oral que la mesa fue un regalo nupcial del Zar Nicolás I Rusia a la reina Isabel II. Pero una factura de 1854 en los fondos documentales del Archivo del Congreso revela que la Cámara Baja la compró por 12.000 reales de vellón a una particular, Doña María Abad, en 1853.

La ceremonia del Juramento de la Constitución tendrá lugar en el Hemiciclo o Salón de Sesiones. En esta gran sala de planta semicircular concurrirán las sesiones conjuntas del Congreso de los Diputados y del Senado.

Está presidido por un repostero bajo dosel realizado por la Real Fábrica de Tapices en 1982. Reproduce el Escudo de España en urdimbre de algodón y trama de seda, lana e hilos metálicos de oro y plata en la cenefa. A su vez, el escudo está flanqueado por dos esculturas en mármol de Carrara de los Reyes Católicos en traje de Corte: Isabel y Fernando. Son obras de José Panucci y Andrés Rodríguez, respectivamente, realizadas en 1862.



A derecha e izquierda de cada una de ellas hay dos grandes cuadros: uno sobre las Cortes medievales, con la Reina Regente María de Molina presentando a su hijo el Infante Don Fernando ante las Cortes de Valladolid, de Antonio Gisbert; otro, de las Cortes de Cádiz, durante la celebración de la Sesión en la que los Diputados juran su cargo en 1810, de José Casado del Alisal.



Por encima del dosel, al nivel de la bóveda, hay cuatro cariátides de Sabino Medina que simbolizan las Ciencias, el Comercio, la Marina y la Agricultura. En los dos ángulos superiores se contemplan además dos pinturas triangulares de Carlos Luis de Ribera, una representando al Decálogo y otra al Evangelio. Alrededor de todo el Hemiciclo, podemos ver pequeños medallones que reproducen cada uno de los escudos provinciales.



La bóveda del hemiciclo es obra de Carlos Luis de Ribera y Fieve, de 1853. Tiene cinco grandes pinturas históricas, cuatro sobre la historia de la Legislación Española y la quinta dedicada a españoles célebres. Un lucernario se encuentra en el centro de la bóveda. Es obra de Mumejan, de 1944. Consiste en una vidriera emplomada pintada sobre vidrios soplados y plaqués con grisallas y amarillos de plata cocidos en horno.