¡Cuánta soledad hay en las zapatillas de una Reina!
Hace unos meses Moncho Borrajo, que lo fue todo en el mundo del espectáculo, me contaba, acomodado en el diván blanco de la tele, que la sensación más profunda que su éxito le había legado había sido la soledad del hotel después de haber llenado un teatro y haberse emborrachado de aplausos y abrazos. (De éxito).
Me llamó la atención su sinceridad y me persigue su reflexión. Tanto que, ahora, cada vez que veo a un exitoso pienso en su soledad.
Hay un mal ligado al éxito del que no se habla o rara vez se habla porque, en este tiempo de brillos y filtros, resultaría una distorsión. Los hombres y mujeres que habitan en la esfera pública y se reflejan en las pupilas ajenas nunca saben si serán vilipendiados o aplaudidos, entronizados o destronados de su púlpito de barro. Pero hay algo que los iguala: el último suspiro antes de caer rendidos de agotamiento. La ducha caliente en invierno, fría en verano. El espejo sin maquillaje, sin focos. (Sin éxito).
El escritor Alfonso Goizueta relata en 'La sangre del padre' la soledad de Alejandro Magno en el lecho de muerte de Hefestión, el hombre al que más quiso; Napoleón estuvo solo toda su vida y loco de soledad lo hemos visto en la cinta de Ridley Scott.
A mi padre le oí contar miles de veces la soledad del presidente Adolfo Suárez cuando, cercado por el mundo que lo había encumbrado, planeó su dimisión y el abandono del poder. Una imagen de soledad superlativa es un plató vacío. O un camerino con la luz apagada. Cuántas Conchas Velasco han dejado abandonados ramos de rosas anónimas, tacones, joyas de mentira.
La académica y escritora Clara Sánchez, fina observadora, me dijo una noche que el éxito es la esclavitud del siglo XXI. Esclavitud sin cadenas. Sin reclusión. Con apariencia de libertad máxima. Conviene no decirlo en voz alta para que la rueda siga girando.
Nadie previene al exitoso de los efectos de su atesoramiento. Lo descubren ellos. Transcurrido el tiempo, todo gran hombre, cada gran mujer, cuenta en soledades su triunfo o las conquistas para los demás que, al final, son las que importan. Ha pasado algún tiempo desde que la imagen dio la vuelta al mundo, pero... ¡cuánta soledad hay en las zapatillas de una Reina!
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