Durante los últimos seis años, los medios noruegos, en particular Se og Hør, me han perseguido sin descanso. Me han retratado de maneras que han dañado profundamente mi salud, mi imagen, mi reputación, mi negocio y a mis seres queridos, mi familia y mis amigos.
Hoy, tras meses de investigación, el Comité Profesional de Prensa de Noruega (PFU) dictaminó oficialmente que Se og Hør violó la ética periodística en dos ocasiones.
Infracción 1: Publicaron una foto privada mía desnudo sin mi consentimiento, afirmando falsamente que ya era pública. No lo era. Fue robada y vendida por alguien en quien confié.
Infracción 2: Difundieron una falsa acusación de abuso basada únicamente en Joakim Boström como fuente, sin pruebas, sin testigos, sin verificación de datos.
Seamos claros: Nunca he agredido a nadie. Esto incluye a mi entonces representante sueco, Joakim Boström. La acusación fue falsa, maliciosa y estratégicamente planeada para perjudicarme a mí y a mis seres queridos.
Mentiras proferidas por familiares deshonrados, exparejas, antiguos amigos y una guía de bienestar convertida en oportunista ávida de prensa. Personas con venganzas personales y algo que ganar. Se og Hør les dio un megáfono.
Esto no es periodismo. Es un ataque con fines de lucro.
Perdí mi trasplante de riñón hace varios años. Ahora me someto a diálisis tres veces por semana solo para sobrevivir. Estos ataques no solo me han dolido emocionalmente, sino que han dificultado esa lucha.
A los verdaderos sobrevivientes de abuso: los entiendo. Los apoyo. Pero lo que hizo Se og Hør no fue una defensa. Se lucró con su dolor, y eso es peligroso y vergonzoso.
Creo en la libertad de prensa, pero creo aún más en la verdad, la responsabilidad y la ética. El periodismo debe servir al público, no manipularlo.
Esta publicación es un registro público. Cada mentira, cada violación, cada difamación, está documentada. Esto es evidencia.
A la PFU: gracias por hacer lo que Se og Hør se negó a hacer: defender los verdaderos valores del periodismo: la verdad, la imparcialidad, la integridad y la confianza pública.
A mi abogado, Geir Lippestad: gracias por honrar los derechos humanos y estar a mi lado en este momento.
A mi TRIBU: gracias por su amor incondicional, por mí y por este planeta. Seguiré caminando en la verdad, con amor y propósito.
– Chamán Durek Verrett
|