Désirée llevó un collar de chatones, un par de pendientes de bisutería y la diadema de amatistas napoleónicas.


Fue creada a partir de un semi-aderezo de amatistas y brillantes pertenecientes a la emperatriz Josefina de Francia. Estaba compuesto por un gran collar, pendientes, dos pulseras y broches. Llega a Suecia a través de su nieta, Josefina de Leuchtenberg, cuando contrajo matrimonio en 1823 con el príncipe heredero Oscar. El conjunto queda en la línea principal, hasta que la reina Victoria lo incluye en la fundación de la familia Bernadotte en 1930.


En los años '70s, la reina Silvia manda a montar una tiara con collar, ya que lo encontraban demasiado pesado para utilizar como tal. Desde entonces, sólo ha sido utilizado por las damas de la familia como diadema.

La princesa Cristina optó por la tiara que suele lucir más a menudo, la conocida en la familia como Carlos Juan, pero para nosotros simplemente la de ''seis botones''.



Los botones o rosetones tienen su origen en la reina Luisa Ulrica, esposa del rey Adolfo Federico de Suecia. Para la coronación de Carlos III Juan, en 1818, deciden utilizarlos para decorar la corona del rey Erico XIV.



En 1976, la reina Silvia decide retomar una idea de la reina Victoria, que era realizar una diadema con los botones de Luisa Ulrica. Para la tiara se eligieron 6 botones de dos diseños diferentes y se colocaron dos hileras de brillantes en la base, provenientes de una pulsera y de un peine.



Cristina también llevaba unos pendientes y un choquer de perlas de su propiedad. Aquí una mejor foto del mismo, aunque de otra ocasión:

SM el rey Constantino II y SM la reina Ana María de Grecia.



Ambos portaban la banda de la Orden de los Serafines.

Ana María eligió para la ocasión el aderezo de rubíes y brillantes de la reina Olga de Grecia. También se puede observar en su mano derecha una pulsera de diamantes que no pertenece al mismo.



El conjunto, compuesto por una tiara de diseño de hojas de olivo, un collar con elementos desmontables, un par de pendientes y dos broches, tiene su origen en una serie de rubíes que rey Jorge I de Grecia obsequiaba a su esposa en cada aniversario. Cuando Olga fallece en 1926, el aderezo es heredado por su segundo hijo, el príncipe Nicolás, que se había casado con la gran duquesa Elena Vladimirovna de Rusia.



En algún punto a mediados de los años '50s, Elena deja el conjunto a su sobrino, el rey Pablo de Grecia, convirtiéndose su esposa, la reina Federica, en la nueva usuaria.



El conjunto permanece en sus manos hasta el año 1964, cuando su hijo, el rey Constantino II de Grecia, contrae matrimonio con una jovencísima Ana María de Dinamarca, y le cede el mismo a la nueva reina.

SM el zar Simeón II y SM la zarina Margarita de Bulgaria.



Simeón porta la banda de la Orden de los Santos Cirilo y Metodio, pero no distingo la de Margarita.

Ella no llevó tiara, solamente un choquer con un broche de perlas y pendientes de brillantes con un pequeño zafiro.

SAR el príncipe Felipe y SAR la princesa Letizia, príncipes de Asturias; hoy reyes de España.



Felipe porta la banda de la Orden de los Serafines, mientras que Letizia la Orden de Carlos III.

Letizia llevaba un vestido de su diseñador de confianza, Felipe Varela. Detalles del bolso y el peinado, muy elogiado entre la prensa sueca:

La dama que acompañó a los príncipes de Asturias fue Louise Törneman (es la mujer que aparece cortada en la primer foto). Llevaba su diadema de pequeñas estrellas, que se puede observar mejor en la siguiente imagen, tomada en otra oportunidad.

La princesa de Asturias llevaba la tiara floral de la familia, junto a su broche de flor de lis de Ansorena, su pulsera Cartier de brillantes y los pendientes de diamantes, regalo de bodas de los reyes Sofía y Juan Carlos.



Los orígenes de la diadema se remontan a un devant de corsage perteneciente a la reina María Cristina, que abandona la línea principal en algún momento. En 1962, con motivo de la boda de la entonces princesa Sofía de Grecia con el príncipe Juan Carlos de España, la pieza es adquirida en la joyería madrileña Aldao por Francisco Franco, para ser regalada en nombre del Estado Español. Doña Sofía la luciría a modo de collar en la gala previa a su boda.



A finales de los años '70s, la reina decide transformar la pieza en una tiara, estrenándola en la visita de Estado a Suecia en 1979.



Desde entonces, la tiara ha sido utilizada solamente como tal y, al ser una de las más ''pequeñas'' de la colección familiar, de las compartidas tanto con sus hijas como la entonces princesa de Asturias.

SAR el príncipe heredero Haakon y SAR la princesa heredera Mette-Marit de Noruega.



Haakon luce la banda de la Orden de los Serafines, mientras que Mette-Marit la banda de la Orden de la Estrella Polar.



La princesa estrenaba la diadema de perlas de la casa real noruega en su versión pequeña. La pieza original fue un regalo de los príncipes de Gales, los futuro reyes Eduardo VII y Alejandra, a su hija la princesa Maud de Gran Bretaña con motivo de su boda con el príncipe Carlos de Dinamarca (posteriormente elegido rey Haakon VII de Noruega) en 1896. La pieza realizada en perlas y brillantes, tiene dos veriones intercambiables, una de mayor tamaño y empaque, y otra más sencilla, de menor altura.



Después de la muerte de Maud en Gran Bretaña, en 1938, pasarían treinta años antes de que la tiara y las demás joyas de la reina volvieran a verse. Estas habían quedado guardadas en el castillo de Windsor durante la segunda guerra mundial, y recién fueron recuperadas por el príncipe heredero Olav y la princesa heredera Märtha cuando viajaron a Londres para la coronación de Elizabeth II.



La tiara permaneció en la línea principal y fue utilizada por las damas de la familia hasta 1995. En ese año, la diadema, junto con otras piezas de joyería pertenecientes a la reina, fueron robadas de los talleres de la joyería Garrard's en Londres, a donde habían sido enviadas para su mantenimiento. Las joyas robadas nunca fueron encontradas, pero finalmente la joyería les hizo una réplica exacta de la tiara a modo de compensación.

Mette-Marit también llevaba en su escote otro de los regalos de boda de la princesa Maud, en este caso, un broche perlas y brillantes con un diseño de volutas, atribuido a la compañía Drapers.



De pendientes, utilizó los mismos que en las fiestas anteriores, pero en su versión más corta y con un perla barroca como colgante. También, un brazalete de diamantes.

La dama de compañía de la reina Silvia que iba detrás de los príncipes herederos de Noruega, también llevaba tiara y otras joyas de cierta importancia, pero no pude identificar a la señora.