jane escribió:
Minnie escribió:
sabbatical escribió:
Pero Minnie, si me canso de decir que la Galaz es basurilla, pseudoperiodista es a lo mas que llega. Observa que pongo entre paréntesis POR LLAMARLA ALGO.
De acuerdo, jajaja. Ya te he dicho que no es el oráculo de Delfos en lo que a mí se refiere
Chicas, de verdad...realmente no tiene importancia cómo se lleven siempre y cuando ocupen cada cual el puesto que les corresponde. Además, si se llevan mal, el principal problema lo tendrían las infantas que, en teoría, no habrían sabido asimilar su nueva posición en el esquema de la CR. Pero me sorprende que os parezca "normal" ese empeño que ha habido de vendernos una imagen absolutamente idílica. No creo que haya familias absolutamente idílicas, sencillamente.
Minnie, por favor ¿absolutamente idílica? No seas tan exagerada, anda jajajaja.
El empeño que ha habido es precisamente a describir un ambiente absolutamente dramático, tétrico, agobiante...desde que la Princesa se casó y llegó a Zarzuela. Nos han vendido que se lleva mal con las cuñadas, con el Rey, con el personal, con los primos, con los tios y hasta con los escoltas...¿y tu te empeñas sólo en demostrar que no se lleva bien con su suegra?
No, Minnie, no creo que lleves razón esta vez. Para mi, no.
Creo que he debido explicarme fatal ayer...
Yo me estoy refiriendo, cuando hablo de imagen idílica, de la que se nos ha tratado de endilgar desde Zarzuela y muy en concreto a través de la reina Sofía. No me estoy refiriendo en absoluto a esa sarta de rumores insidiosos cuando no abiertamente malévolos que se han generado en torno a la princesa por parte de un grupo más o menos numeroso de personas que han convertido en un pasatiempo tratar de tirarle tierra a los ojos a Letizia desde que se anunció su compromiso con Felipe. Letizia puede gustar o no gustar, como cualquier personaje público; no voy a decir nada en contra de quienes tienen una opinión negativa de Letizia pero la basan en apreciaciones sobre su trayectoria, pero, en cambio, me resultan patéticos esos que llevan más de cinco años intentando demoler la imagen de la princesa generalmente a base de comentarios cargados de venenosa animosidad. Esa gente son los libelistas del siglo XXI, me temo. Igual que los enemigos de Marie Antoinette se dedicaban a acusarla de reunir en su persona todos los vicios y perversiones en las famosas hojas volantes, estos aprovechan el feliz anonimato de internet para acusar a Letizia de ser la peor arribista del reino, una trepa inescrupulosa que casi envilece con su presencia el palacio de la Zarzuela.
La única cosa buena a decir de esa gente es que, llevados de su obsesión contra la princesa, cargan demasiado la mano. Al final, acabarán saturando; se retroalimentan unos a otros, pero, fuera de ese círculo, no encontrarán campo abonado para su cúmulo de despropósitos.
Pero yo no íba por ahí. No les hago tanto honor a esos pseudo libelistas, jajaja. Yo me refería, Jane, a la imagen que ha querido transmitir Sofía. De verdad...¿no habéis leído el libro de la Urbano? El número de páginas que Sofía dedica a ensalzar a Letizia es absolutamente desproporcionado. Se diría que Letizia es el mirlo blanco de la monarquía española, la princesa futura reina que llevabamo siglos esperando sin tener conciencia de ello. Francamente, yo puedo entender que la reina haya sentido la necesidad de hacer patente su apoyo a la esposa de su adorado hijo y madre de dos de sus nietas, pero, en sentido inverso, le pasa algo parecido que a los detractores de la princesa: carga demasiado la mano.
Ya he dicho que me creo que Sofía mantenga una relación positiva y cálida con Letizia. Pero es que ahí se riza el rizo de la admiración. Lo lees y piensas: ¡Sofía casi casi está más enamorada de Letizia que Felipe! Y eso no es realista. Yo no discuto que haya suegras que quieran a sus nueras y sean plenamente correspondidas por éstas; en mi propio caso, declaro públicamente mi cariño inmenso por mi suegra, una bellísima persona que se cuida mucho de meter las narices dónde no le corresponde, jajaja. Pero es que esas cotas de admiración, que además según testimonio de la soberana surgieron de manera instantánea, a primera vista, en el primer encuentro, mientras mordisqueaban todos unidos los primeros canapés que compartieron, me parecen excesivas.
Creo que es más peligroso para Letizia, a largo plazo, que sus defensores quieran contrarrestar toda la basura que vierten sobre ella sus detractores abundando en una imagen demasiado "blanca". Letizia es una joven princesa que está demostrando que se toma en serio su papel, que tiene capacidad de sobra para desempeñarlo y que puede evolucionar de manera extraordinariamente positiva. No hace falta tampoco hacer de ella una figura icónica de princesa
moderna. Eso no repercute en su beneficio.