Me quedo muerto, sin aliento. Preciosas imágenes las de ese castillo de la discordia. Entiendo tu fascinación por el abandono y la muerte, no se puede negar cierta belleza. Pero la muerte me revuelve, me cuesta tragar que algo así vaya a perderse para siempre.
Por cierto, el inmueble no tiene una pinta extraordinaria. Lo veo relativamente
moderno y los materiales y el diseño no parecen ser la tapa del frasco. Ahora, dentro de esa decadencia se adivinan unos muebles para dislocar mandíbulas que harían las delicias de cualquier anticuario. Aparadores de nogal alfonsino, muebles de marquetería en caoba, diseños
modernistas aquí y allá, deliciosos auxiliares demandadísimos que no durarían ni media hora a la venta en ebay o en todocoleccion. Verdaderas maravillas. Esos muebles son testigos de una época y son absolutamente recuperables, los prefiero vendidos que podridos en una casa que se cae.
Yo cada día lo tengo más claro: al que no pueda mantener una propiedad que se la quiten, que se la regalen al que se comprometa a darle el tratamiento que merece.