Para mí hay pocas ruinas tan evocadoras y oníricas como las del Palacio Real de Sans Souci, cuyos restos, todavía importantes, tan orgullosos como su constructor, aún desafían a los avatares históricos y a las afrentas del tiempo y la naturaleza sobre la espesura de la jungla tropical... porque no estamos en Alemania, sino en Haití, la sufrida Haití y su accidentada monarquía. Estamos a principios del siglo XIX. Los negros de Haití acaban de sacudirse el yugo blanco, y en la liza ambos han hecho gala de una barbarie y una crueldad difícil de digerir. Haití vive un período convulso, violento, anhelante de tiempos mejores, se erige en imperio, pero éste cae, y de su cenizas surge el Rey Christophe I, antiguo esclavo dotado de un carisma arrollador que parece hará de Haití un auténtico estado, fuerte, firme y estable. Allende el Atlántico, otro ególatra de mucho cuidado, Napoléon Bonaparte, llegó a inquietarse con la figura de Su Majestad Negra. En su ordalía, el Rey Christophe mandó construir en el interior de la isla un palacio a la altura de su ego, y a la altura de las expectativas que contemplaba para su recién instaurada dinastías. Un palacio europeo en el corazón de un país esclavo, antes esclavo de Francia, ahora esclavo de su rey... El espejismo no duró mucho... sólo unos años, hasta que la situación se hizo insostenible y Christophe, abandonado por todos, al borde del abismo, se pegó un tiro en el interior de su palacio... El príncipe heredero, de 17 años, acabó ensartado en las bayonetas de los enemigos de su padre, que no habían llegado a tiempo de hacer lo mismo con el propio rey. La reina y las princesas salvaron la vida a duras penas, y consiguieron abandonar el palacio y finalmente el país... Unos años después, a mediados del mismo siglo, un fuerte terremoto venció los muros de aquel gigante de piedra, y desde entonces sus ruinas lucen imponentes y solitarias sobre la selva caribeña... No fue, sin embargo, el último terremoto... Sans Souci, "sin preocupación"... parece una broma macabra conociendo el lugar y su historia, y sin embargo qué buen título para la siguiente imagen...
Niños haitianos jugando bajo la lluvia tropical frente a las ruinas del palacio de Sans Souci.
Foto: Jean-Claude Coutausse, 2003. http://www.coutausse.com
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"Buscad la Belleza, es la única protesta que
merece la pena en este asqueroso mundo"
(R. Trecet)