El fuerte de San Elmo en Malta perteneció a la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta. La Oden abandonó su anterior ubicación tras el Sitio de Rodas de 1522, efectuado por Solimán el Magnífico, con un ejército de 200.000 hombres, y que duró seis meses, tras los cuales la Orden capituló y abandonó la isla.
En 1530, ocho años después de haber salido de Rodas, Carlos I de España, con el beneplácito de Clemente VII, cedió a la Orden las islas de Malta, Gozo y Comino, así como Trípoli. La intención era proteger el Mediterráneo occidental de la avanzada otomana, la cual en 1534 ya había conquistado la ciudad de Túnez. Por su parte, la Orden debía permanecer neutral en las guerras entre naciones cristianas.
El fuerte se sitúa en La Valeta y es de hecho el origen de la ciudad. Cuando los Caballeros llegaron a Malta, el Monte Sceberras, en el que posteriormente se construyó La Valetta, era un promontorio rocoso con un pequeño fuerte construido en 1488 durante el período en el que los Aragoneses gobernaron las islas. Los Caballeros se dedicaron a reforzar las defensas del fuerte hasta el punto en que este pequeño castillo sirvió para repeler durante un mes los ataques de los otomanos al comienzo del Gran Asedio de 1565. Finalmente fue tomado, con la pérdida de 1500 Caballeros y defensores locales. Pero el hecho de que los atacantes perdieran cuatro veces ese número de hombres en la toma de St. Elmo es un testimonio de su fortaleza. Cuando terminó el asedio, los victoriosos Caballeros reconstruyeron el Fuerte St. Elmo y reforzaron más sus defensas. El fuerte ha sido utilizado continuamente durante muchos siglos hasta la Segunda Guerra Mundial y hasta la época actual.
Asociada al fuerte de San Elmo está también el fuerte de San Ángelo, que existía a principios de la Edad Media, ya que los restos de una torre pueden ser datados alrededor del siglo XI, cuando malta estaba bajo dominio musulmán. Desde el siglo XIV Malta estuvo bajo soberanía aragonesa y la fortificación era conocida como Castello A Mare (Castillo junto al mar) siendo el sitio de residencia de la poderosa familia Nava, señores feudales de la isla. El Fuerte de San Ángel llegó a ser la residencia del Gran Maestre. Los Caballeros hicieron de ella su principal fortificación y la reforzaron y remodelaron pero tras el Gran Asedio de 1565 decidieron mudarse al otro lado del Gran Puerto y fundar La Valeta.
El fuerte de San Elmo
Y San Ángelo visto desde La Valeta
En Malta hay un tercer fuerte, el de San Miguel en Senglea. La fortificación original fue iniciada en 1551, inicialmente bajo el patronazgo del Gran Maestre Juan de Homedes y Coscon, sobre un diseño del ingeniero militar Pedro Pardo d’Andrera, y aumentada a una ciudad fortificada por el Gran Maestre Claude de la Sengle durante los preparativos de los Caballeros para el Sitio de Malta.
El fuerte San Miguel era uno de los tres fuertes que defendían la posición del Gran Puerto durante el asedio, junto con el Fuerte San Elmo y el Fuerte de San Ángel. San Elmo fue tomado, pero San Miguel resistió el asedio, aunque con graves daños, y fue escenario de algunas de las mas encarnizadas batallas del asedio. Soportó 10 asaltos de los turcos.
Este alucinante palacio es el Albergue de Castilla en Malta. Era el edificio de la rama española de la Orden de San Juan es decir, de las "lenguas", o Capítulos, de Aragón-Catalunya y Castilla- León. Una pasada...
Tras el paso de Napoleón la Orden fue desalojada de Malta y tras algunas paradas en otras ciudades italianas, finalmente estableció su sede en Roma en 1834. Durante el siglo XX la Orden volvió a centrarse en su misión de asistencia hospitalaria. Bajo el gobierno del Gran Maestre frey Ludovico Chigi Albani della Rovere, la Orden llevó a cabo misiones humanitarias durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
Actualmente, la Orden de Malta tiene personalidad jurídica, aprobada por la Santa Sede y sujeta al derecho internacional. La Orden también tiene su propio ordenamiento jurídico, expide pasaportes y da personalidad jurídica autónoma a sus organismos públicos. Para entendernos, es como un país cuyo territorio es su palacio-sede y sus conciudadanos son sus miembros que pueden tener pasaporte de este país, inmunidad diplomática si van en misión de embajador de parte del Maestre, al Maestre se le considera Jefe de Estado en todo el sentido de la palabra etc. como cualquier otro país. Sus actividades se centran en tareas asistenciales, sanitarias y sociales.
La Orden ocupa una posición sui géneris en el ámbito internacional y tiene algunos detractores, ya que si no cuenta con territorio y ciudadanos, no puede ser tratada como país como los demás. El principal problema es que al ser una orden religiosa depende de la Santa Sede luego no podría considerarse independiente y soberano, además uno no tiene muy claro si se rige por el derecho internacional o el canónico. La mayoría cree que no es más que un vestigio pintoresco de una gloria pasada.
Cualquiera puede ser hoy en día miembro de la orden, no es necesario pertenecer a la nobleza. Sólo por invitación es posible convertirse. Los voluntarios para ejercer tareas de asistencia, por el contrario, son siempre bienvenidos.
El Palazzo di Malta en la Via dei Condotti
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.